Los trabajos para la recuperación de los cuerpos de los fusilados durante el franquismo han empezado hoy nuevamente en el cementerio civil de Castelló, en la segunda fase del proyecto de exhumaciones impulsado por la Concejalía de Memoria Democrática con la colaboración del Grup per la Recerca de la Memòria Històrica.

Para el edil de Memoria Democrática de la ciudad, Verònica Ruiz, «dar una sepultura digna a los represaliados, después de más de 40 años de democracia, es el objetivo de este proyecto gracias al cual tantas familias tendrán las respuestas que durante décadas les han negado». En esta misma línea se ha manifestado el director arqueológico de las excavaciones, Miguel Mezquida, quien ha destacado también la implicación del consistorio en el proyecto al ser la única administración que financia el proyecto.

Así pues, la segunda fase de las exhumaciones servirá para localizar e identificar los restos de ocho hombres que fueron fusilados entre abril y mayo de 1940. Los expertos a cargo del proyecto tomarán muestras de ADN de los familiares directos de Bautista Peris Muñoz, Miguel Tormos Adsuara, Fidel Jaques Celma, Ernesto Centelles Roig, José Aragón Ucher, Joaquín Fresquet Roda, Agustín Barceló Pitarch y Vicente Ballester Forcada. Familiares de este último han estado hoy desde primera hora al cementerio de Castelló, puesto que se estima que sus restos serán los primeros en ser encontrados.

Asimismo, los descendentes de las víctimas proporcionarán datos que faciliten la identificación y podrán estar presentes durante los trabajos. Cómo explica Mezquida, al tratarse de la segunda fase de las exhumaciones, «conocemos ya la distribución de los cuerpos, el estado del terreno y las dimensiones de la fosa», características que simplifican la recuperación de los restos.

El senador Carles Mulet y la diputada provincial de Memoria Histórica, Tània Baños, así como otros miembros del equipo de gobierno, también han querido acompañar al equipo que trabaja en esta iniciativa de la concejalía de Memoria Democrática.

Hay que destacar que los trabajos están a cargo de la empresa Arqueoantro y que el estudio antropológico se realizará a la Univeridad Autónoma de Madrid, ciudad en que otra entidad hará el estudio genético. El coste de esta segunda fase asciende a 26.900 euros, importe total del convenio de colaboración firmado entre el consistorio y el Grupo por la Investigación de la Memoria Histórica.