A muchísima gente nos deslumbró el compositor de luminosos pasodobles José Gargori Vicent y no solamente por su labor y profesionalidad como director de una banda denominada Unió Musical Mestre Gargori, sino por su capacidad por rendir homenajes a los que él consideraba sus maestros, autores de otras creaciones musicales o poéticas, o su actitud ante los seres humanos que él consideraba formaban parte de la creación cultural en su actividad ante el hecho de vivir y trabajar.

No hace mucho tiempo, en el salón de actos del primer piso en el Casino Antiguo, con su banda de música, ofreció un concierto en homenaje al maestro compositor de Enguera, don Joaquín Sanchis Miralles.

En el concierto, como es natural, el peso de la programación lo tuvo el profesor Sanchis, del que se interpretaron cuatro pasodobles, pero, inesperadamente, también se interpretó el nuevo pasodoble titulado Salvador Bellés, que tanto a mí como a mi familia tanto nos emocionó, aunque ya se nos había avisado de que iba a estrenarse, junto a los pasodobles del maestro Sanchis y alguno más del propio Gargori.

MAESTRO SANCHIS. La trayectoria de don Joaquín Sanchis Miralles estuvo cuajada de un sinfín de sucesos que habrían de conducir el río de su vida por el curso natural de la música.

Nacido en Enguera (Valencia), el día 8 de septiembre de 1910 convivió desde niño con la magia de la música y en su código genético ya estaba impreso el espíritu de las melodías que su padre dirigía. Estaba dirigiendo la banda de música local.

El bautismo musical del muchacho se ofició con un rudimentario instrumento de caña al que extrajo sus primeras líneas melódicas con solo seis años, ante el asombro de los maestros Pedro Sosa y Serrano y se vio consumado a los ocho cuando ingresó en la banda para tocar el requinto.

En 1925 la familia se trasladó a Castellón ya definitivamente. Un tiempo después, con tan solo 16 años, aquella impetuosa corriente musical arrastró al imberbe Sanchis al Regimiento de Castellón, donde ingresó como educando voluntario con objeto de dar cauce a aquella inquietud innata que sentía por la música.

En 1930 se licenció y, al año siguiente, ya ingresó en la Banda Municipal de Castellón como interino para tocar el clarinete. Era entonces el director el maestro Felip. Y después de la guerra civil ya consiguió la consideración de «músico de primera» interpretando entonces el requinto en nuestra Banda Municipal. Unos años después pasó a interpretar el clarinete. Y paralelamente, volvió a ingresar en el Regimiento Tetuán 14, con la graduación de sargento músico aunque iba de vez en cuando a los pueblos de la provincia y lo hacía en bicicleta enseñando y dirigiendo sin ninguna ayuda. En 1950 se hizo cargo de la banda de Algar del Palancia, al tiempo que empezó a componer y también se hizo cargo de la dirección del grupo musical Amics de la Música, de Sant Joan de Moró. El periodista de Mediterráneo, Gonzalo Puerto, fue nombrado alcalde de Llucena y fichó a Joaquín Sanchis como director de la banda de su pueblo y reorganizador de la banda de Vilafamés.

Y como su prestigio crecía y crecía, también ingresó como profesor de solfeo en la delegación del Frente de Juventudes, de Castellón. Después intervino como profesor de solfeo en la Escuela de Bellas Artes y subdirector de la Banda de Socorristas de la Cruz Roja, que había sido fundada y dirigida por el popular artista gaiatero Miguel de Sanmillán Arquimbau. Y en 1980, fundó junto a su discípulo José Gargori Vicent la llamada Unió Musical Castellonenca. Nació y fue creciendo la colaboración entre ambos, el veterano maestro Sanchis y el joven maestro también José Gargori.

SU INSPIRACIÓN. La inspiración del maestro Sanchis se manifestó en la gran cantidad de pasodobles y marchas musicales, muchas composiciones con ocasión de las fiestas locales de gran número de poblaciones de la provincia castellonense, donde casi siempre interpretaba el pasodoble Gaiates i traques, que es sin duda la obra más valorada, al menos la más interpretada, por el encanto de la inspiración y la variedad del color instrumental. Aunque, claro, se debe hablar también de otros muchos pasodobles, dedicados de modo especial a las poblaciones a las que iba contratado o invitado a participar en toda su trayectoria provincial, como por ejemplo Moró en festes, De Moró a Villafamés, Benlloch, D’Enguera a Castelló o bien relacionados con la amistad. Quiero dar brillo ahora a la colaboración permanente con su amigo Quiquet de Castalia.

Lo cierto es que Joaquín Sanchis fue un prolífico músico y compositor autor de más de 300 pasodobles. Falleció el 28 de julio de 2004 en Castellón. Aquellos años noventa en los que yo intervine como asesor y gestor cultural del Ayuntamiento de Castellón, tuve ocasión de relacionarme con él y me hizo saber su intención --que cumplió--, provocada por su amor a la música y entregó a la posteridad la totalidad de sus más de 300 obras registradas en la Sociedad General de Autores de España. Sus composiciones dedicadas a Castellón, a sus pueblos y a sus gentes. Falleció a los 94 años de edad y su labor había recibido el reconocimiento que merecía. Su nombre luce en muchas calles de la provincia y de Castellón capital. En su último homenaje en la plaza Mayor, se aplaudieron con entusiasmo los compases de su pasodoble Gaiatas y tracas…