Los autocaravanistas han venido a la provincia para quedarse, pero la manera en la que serán recibidos variará según lleguen a un municipio o a otro. Y es que la gestión de este tipo de visitantes por parte de los ayuntamientos es muy variable, dependiendo sobre todo de si la localidad en cuestión cuenta con una importante cantidad de plazas de cámping.

Por un lado, hay consistorios que lo están fomentando, con el de Castelló como ejemplo perfecto. La capital cuenta con un aparcamiento regulado, junto al Planetario, y con otro al lado del aeroclub que se abre en temporada baja, pero que no cuenta con servicios como agua corriente.

Pionera

Otro ejemplo es Morella, donde se instaló la primera campa de esta clase de toda la provincia. El alcalde, Rhamsés Ripollés, destaca que existe «desde hace casi 20 años, con unas vistas privilegiadas de la ciudad, y es todo un éxito». Para el primer edil, la presencia de estos convoyes «supone una vía de desestacionalización del turismo, y trabajamos en mejoras continuas».

En Benicarló hay habilitado un punto para este tipo de turismo, ubicado en el entorno del Barranquet. Entró en funcionamiento hace dos años y cuenta con siete aparcamientos, servicio de suministro y evacuación de aguas, y permite aparcar 48 horas.

Pero hay ejemplos de lo contrario, como Peñíscola, uno de los municipios considerados como «hostiles» en los foros de caravanistas en internet. Hace años, su presencia era constante la mayor parte del año, en puntos como el aparcamiento de la explanada contigua al puerto; pero hace un lustro, con la ampliación del periodo de la zona azul, la mayor parte de autocaravanas desaparecieron de la zona, si bien es fácil encontrárselas en las inmediaciones del parque natural de Irta.

En este caso hay una colisión de intereses con el negocio que desarrollan los cámpings, que cuentan con más de 4.000 plazas.

Señales

En Vinaròs, la proliferación de estos vehículos se ha disparado en los últimos años, y en la actualidad hay una gran cantidad en solares de la zona de Fora Forat. Tanto es así, que el consistorio ha anunciado la colocación de señales que impiden el estacionamiento de autocaravanas. «Se intentará desalojar en breve todo este campamento alegal que hay en estos momentos», indicó el alcalde, Guillem Alsina.

En cuanto a Alcossebre, dentro del término de Alcalà de Xivert, hay más de 2.200 plazas de cámping y no existe ningún espacio de titularidad municipal para alojar a estos turistas. De hecho, en el frente costero considerado como más valioso del destino turístico, entre las playas del Carregador y la Romana, hay zonas de estacionamiento que indican mediante señales la prohibición para estas casas móviles.

Respecto a otra localidad turística como Benicàssim, por el momento solo tiene una zona habilitada, junto al colegio Santa Águeda, aunque registra la presencia de muchas autocaravanas que estacionan a diario en áreas no autorizadas para dicho uso.

Hay otros municipios de la provincia que cuentan con espacios de este tipo: Salzadella, Moncofa, Nules, Onda, San Rafael, Segorbe, Suera, Torreblanca y la Vall. En Burriana incluso hubo un intento por parte de una empresa privada de construir un espacio de este tipo, pero el proyecto no cuajó.