No es un mercado de entrada sencillo, el japonés, pero sí agradecido con aquellos que hacen las cosas bien. Esta es la principal conclusión de la primera jornada del congreso internacional España-Europa-Japón, que arrancó ayer y culmina hoy en el salón de actos del Planetari de Castelló. La cita señaló casos de éxito empresarial con conexión entre el país nipón y la provincia, desde variadas ópticas. Dirigentes de firmas con vínculos en Castellón y Japón, como UBE Europe, Sacmi Ibérica y Valfortec, explicaron sus distintas y a la vez complementarias experiencias. La innovación es un asunto clave.

«En Japón te acogen bien si lo haces bien», sentenció Fidel Roig, de Valfortec, empresa de Castellón que desde el 2004 desarrolla parques fotovoltaicos, con presencia a día de hoy en España, Chile, Reino Unido, Estados Unidos y Japón. Valfortec fue la primera empresa en instalar este tipo de parques en Castellón y también la primera extranjera en hacerlo en Japón. ¿Por qué? Porque tenía lo que Japón necesitaba. «España fue un país pionero» en la materia, indicó Roig, por lo que, cuando el gobierno japonés apostó por las renovables, tras el accidente en la nuclear de Fukushima en el 2014, Valfortec estaba preparada. Sabía hacer lo que los japoneses no sabían hacer.

La pyme castellonense tenía buen cartel y un aval de entrada, ya que su principal proveedor era una empresa japonesa que les ayudó a salvar los primeros obstáculos. Una vez obtenida esa confianza, Roig aseguró que Japón «es un mercado muy seguro». «Para ir necesitas capacidad económica», por una parte, «y adaptarte a sus normas». Entonces «si lo haces bien, te ayudan». Cinco años después, Valfortec tiene entre 80 y 90 parques en distintas fases de desarrollo.

Comunidad // Bruno de Bièvre, presidente de UBE Corporation Europe, resumió la historia de la multinacional, empresa del sector químico nacida en la localidad japonesa de mismo nombre, y hermanada con Castelló, donde está fuertemente arraigada desde hace años, en el caso inverso a Valfortec. Entre ambas está el de Sacmi, una empresa centenaria nacida en Italia en el sector cerámico, que después se ha ido expandiendo tanto en el territorio, convirtiéndose en multinacional, como en sus actividades (plástico), según explicó su directivo Mirco Berengari. Para entrar en Japón, consideró «fundamental tener una base porque el cliente japonés confía mucho en un intermediario japonés». En cuanto al futuro, observó una buena oportunidad de «expansión» con la fabricación de baterías eléctricas, en la que están trabajando actualmente.

Bruno de Bièvre, presidente de UBE Corporation Europe, es uno de los protagonistas de este congreso. Ayer participó en la mesa redonda que analizó modelos de negocio de empresas de Japón. Del proyecto de la multinacional japonesa UBE destacó que la apuesta actual pasa por «la sostenibilidad» no enfrentada al crecimiento. «Estamos localizando y creciendo», dijo, enumerando inversiones en otros lugares como Brasil y México, sin olvidar a Almassora. El crecimiento entendido por UBE pasa por «vivir y progresar juntos». La receta que dictó De Bièvre habla de «crear valor con la comunidad y hacerlo de forma sostenible». Tras la intervención de ayer, el presidente de UBE en Europa vuelve a participar hoy en el congreso internacional con la ponencia ‘Modelos Eco Town en Japón: una inspiración en España. Cerrar el círculo del plástico’.

También participó en la sesión matinal el catedrático de la UJI Juan A. Lafuente, que apuntó la importancia de las exportaciones para generar riqueza, y subrayó que un producto necesita tener un «valor añadido» para ser actualmente competitivo. En ese sentido, Carmen Tirado, de la Universidad de Zaragoza, explicó el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europa y Japón y las posibilidades de negocio que depara. Destacó las del sector agroalimentario, en especial la carne de cerdo, el vino y el queso.