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Los vecinos de Tírig tienen motivos para presumir de su historia. Conocido como uno de los municipios más representativos del arte rupestre levantino, también cuenta entre sus vecinos ilustres a uno de los grandes pintores de Castellón de todos los tiempos, Gabriel Puig Roda. El pasado jueves, 21 de noviembre, se cumplió el centenario de su fallecimiento, y su legado sigue bien presente en diferentes espacios de la provincia, así como en la localidad que lo vio nacer, y que recuerda la efeméride.

Nacido en 1865, en la víspera del día de Sant Josep, el hijo de Pascual y Concepción mostró de forma precoz sus habilidades artísticas, por lo que consiguió dar al salto a la Academia de San Carlos de València para formarse, gracias a la determinación de sus progenitores, el maestro y el médico de Tírig, e instituciones como la Diputación de aquella época. No se quedaría ahí, porque su trayectoria le llevó posteriormente al centro de formación San Fernando de Madrid, para culminar etapa en Roma, donde quedó consagrado como uno de los grandes de su tiempo en las técnicas del óleo y la acuarela.

A su vuelta de Italia consolidó su estilo, basado en composiciones coloristas, con imágenes cotidianas y en las que se ven las costumbres del entorno que le vio nacer. Contrajo matrimonio con su convecina María Josefa Alcácer Monterde, y fruto de esta relación tuvo cuatro hijos: Josefa, Gabriel César, Laura Quitèria y Telmo. La tercera de ellos lograría una gran longevidad, y falleció en Vinaròs a la edad de 105 años.

Vínculos con su territorio

A lo largo de su vida alcanzó proyección en puntos como Barcelona, bajo la influencia del maestro Fortuny. Aún así, mantuvo los vínculos con su territorio, por los que estableció residencia en Vinaròs, punto de conexión entre la capital catalana, su Tírig natal y Castelló. Fue en la capital del Baix Maestrat donde tuvo a su descendencia, y donde ocurrió su fallecimiento.

Los amantes del arte tienen la oportunidad de admirar su maestría en diferentes espacios. Uno de ellos es el Museu de Belles Arts de Castelló, que cuenta entre sus fondos con obra suya, gracias a la donación de cuadros de sus hijos a la Diputación. Además, hace cinco años se abrió una colección museográfica en su municipio de origen, que integra cuadros originales. Y su ciudad de residencia cuenta con un premio dedicado a su memoria, con la organización de la entidad Amics de Vinaròs.