La principal conclusión que la patronal hotelera Exceltur extrae de los datos de ocupación del 2019, dados a conocer esta semana, es que se constató «un comportamiento más favorable de los destinos urbanos que los vacacionales». No en vano, el ingreso medio por habitación en las principales ciudades españolas aumentó durante ese periodo un 7,3%. Un auge del que no participa Castelló, que creció solo un 0,9% y se sitúa en el furgón de cola como destino.

La capital de la Plana no logra posicionarse como un lugar interesante al que hacer una visita, pese a los esfuerzos hechos tanto desde el Ayuntamiento como de la patronal, Ashotur. Uno de los principales indicadores es la rentabilidad media que aporta una habitación de hotel (RevPAR), 34,4 euros, menos de la mitad de la media española, que es de 72,8. Poniendo el foco sobre el empleo relacionado con este sector, los datos son incluso peores, puesto que se han perdido un 3% de los más de 2.500 puestos de trabajo que genera en la ciudad.

«La de Castelló es una situación complicada. Dentro de sus posibilidades se podría abrir un poco el abanico e incidir, por ejemplo, en el turismo de negocios. Es un trabajo que es lento pero seguro. Hace 15 años, València no tenía turismo de sol y playa, y ahora registra sus mayores índices de ocupación en agosto», indica Luis Martí, vicepresidente de Ashotur.

Y es que Martí cree que si bien la capital de la Plana «nunca estará en el top de ciudades turísticas», se muestra convencido de que hay «un pequeño hueco en el mercado que no estamos utilizando». «Puede ser utilizada como alojamiento base para después visitar todo el interior provincial, por ejemplo», propone.