Está en juego una de las piezas clave para sostener la competitividad del sector azulejero de Castellón. Los costes de la energía necesaria para la fabricación de pavimentos y revestimientos tenían como aliadas a las plantas de cogeneración. Gracias a las retribuciones concedidas por el Gobierno por el reaprovechamiento del gas natural, las empresas obtenían una rebaja de entre el 15 y el 20% en este apartado.

El marco regulador vigente desde hace seis años está a punto de ser renovado, con unas condiciones que desde el ámbito empresarial se califican como muy negativas, ya que el clúster cerámico verá disminuidas las compensaciones en 17,5 millones de euros. La Asociación Española de Cogeneración (Acogen) --de la que forma parte la patronal azulejera Ascer-- presentó alegaciones, pero tal y como señalaron desde la industria cerámica, «no suponen cambios sustanciales» respecto a los 19 millones de rebaja prevista. La Asociación Española del Gas, Sedigas, se une a las voces que reclaman un cambio de ruta al Ministerio de Transición Ecológica, capitaneado por la vicepresidenta, Teresa Ribera.

La valoración de Sedigas destaca que el 43% de la disminución de las retribuciones energéticas, corresponde a la cogeneración «cuando el peso de esta tecnología solamente supone un 18%» y añade que el recorte «respecto al 2019 sería del 39% con los planes de negocio de las industrias del 2020 ya puestos en marcha».

La ministra ya informó de que iba a aceptar algunas de las objeciones formuladas desde Acogen. Desde este área del Ejecutivo indicaron a Mediterráneo que de esta manera «se matiza el ajuste», aunque muy lejos de las pretensiones de los empresarios.

RIESGO / «Las medidas pondrían en riesgo el equilibrio económico del sistema gasista actual situando en una tesitura muy difícil la descarbonización de la economía. También se verían afectadas las inversiones nuevas y las que ya están en funcionamiento, destinadas a favorecer la eficiencia energética», apuntaron por parte de Sedigas. La propia entidad pone números a las consecuencias. «Alrededor de 600 industrias», entre las que están las de la cerámica provincial, «verían incrementados sus costes de fabricación en un 20%». Un aumento que previsiblemente acabará pagando el consumidor, al menos en una parte sustancial, y que se notará en las cuentas de resultados de estas compañías.

Por el momento, Transición Ecológica sigue empeñada en unas decisiones que, como destaca Ascer, «van a afectar gravemente a las industrias que cogeneran». Desde el Ejecutivo, Ribera ya dejó clara la intención de dejar atrás esta modalidad en favor de las renovables. Considera que estas plantas «están amortizadas o tienen un ciclo próximo a su finalización». Desde el colectivo azulejero quieren seguir luchando por sus intereses.