El tiempo se ha vuelto loco. Esta frase se escucha bastante últimamente, pero en el caso de ayer en la provincia era más que apropiada. El viento de poniente con rachas huracanadas compartió protagonismo con temperaturas primaverales en pleno invierno y con la nieve que cayó en el puerto de Torremiró, en Morella, y en Vilafranca. Calor, viento y nieve en un solo a día.

Y es que la precipitación llegó ayer a la comarca de els Ports en forma de agua, granizo y nieve en los puntos más altos. En Morella durante todo el día precipitó de forma intermitente, en algunos momentos descargaron pequeñas piedras de hielo. En zonas más altas, como el puerto de Torremiró, cayeron copos que sí cuajaron sobre la vegetación, dejando un manto blanco como si de una postal navideña se tratara.

De todos modos, también causó algún problema, ya que una de las granjas ubicadas en la zona había sufrido desperfectos en el tejado por el viento, por tanto, no pudo contener la nieve.

En Vilafranca, nevó por la tarde. El último episodio fue el pasado mes de enero a raíz del temporal Gloria, cuando se llegó a acumular un metro de espesor.