En estado de shock. Así permanecen diversos sectores implicados en la celebración de primeras comuniones tras el anuncio de la suspensión sine die de estas ceremonias litúrgicas y sociales previstas para el mes de mayo, ante la crisis del coronavirus, como anunció ayer este diario.

Y es que las pérdidas económicas por la cancelación van a ser millonarias (aunque son difíciles de cuantificar) en la provincia. Restaurantes, fotógrafos, casas de regalos, librerías... caen al pozo del déficit. La fotógrafa Nati Temblador, de Ediciones Murphy, tilda de «brutales» las consecuencias. «Las comuniones son una parte importante de los ingresos, no solo por las fotografías de esa jornada, sino también por el reportaje previo», indica.

AL BORDE DEL CIERRE // Toni Navarro, del restaurante El Coto, con varios banquetes previstos, asegura que «esto va a ser una ruina». «Me gasté 6.000 euros en género y bebidas para Magdalena, que fue aplazada, y ahora tampoco tendré convites de comunión», manifiesta Navarro al respecto. Apunta la posibilidad del cierre del local «por no poder atender los gastos, y no hay ayudas». En términos similares se pronuncia Lino Sanchis, del restaurante Casino Antiguo: «Magdalena y las comuniones representaban el 50% de la actividad». «Ya no se trata de saber cuánto hemos perdido, sino de la inviabilidad del negocio», asegura Sanchis.

Rafa Villa, de El Lipizano, con cuatro comuniones previstas, opina que es «difícil cuantificar las pérdidas». «No es agradable».

Mientras, desajustes, asimismo, para las librerías. Ismael Bonet, de Argot, plantea las «dificultades sobrevenidas». Fuertes pérdidas también para el cluster de los hoteles Luz, Center y Jaime I y el recinto de Fuente la Reina, señala Eva Roqueta, una de sus responsables. El Corte Inglés también reconoce el daño económico por el no a las comuniones.