Para muchos castellonenses ayer fue un día de reencuentros que sabían a gloria. Tras más de dos meses confinados, por fin, los abuelos pudieron ver a sus nietos, los amigos tomar un café o los padres disfrutar de sus hijos, ya que con la fase 1 se pueden mantener contactos sociales de hasta 10 personas. Los paseos ya permitieron a algunos, a aquellos que vivían en la misma localidad, tener contacto a través de balcones y ventanas, pero ayer llegó la cercanía, el estar juntos aunque distanciados con besos virtuales. La familia Gandía-Navarro de Moncofa recibió a una de sus hijas, sin poder ver a sus padres y hermana, y sobrino. La paella se dejó ayer, rompiendo con las reglas, para el lunes en casa de Conxa y Joan, en la urbanización Tossal Gros de Castelló.

En Burriana, Isabel, Eugenia, Laura, Suni, Silvia y Carmín volvieron a quedar, mientras que, en Nules, Manuel y Vicen recibieron a sus nietas. En Castelló, la familia Prado-Moliner caminaba feliz por la calle Ruiz Zorrilla, tras tantos días sin verse. Informan M. Á. Sánchez e I. Calpe.H