La aerolínea Wizz Air ha decidido interrumpir este verano los vuelos desde el aeropuerto de Castellón a Viena, Katowice y Budapest, una decisión directamente relacionada con el impacto que el covid-19 ha tenido sobre la actividad aérea. Se trata solo de un aplazamiento, ya que la intención de la compañía es retomar las rutas en Vilanova d’Alcolea la próxima campaña de verano, que en términos aeroportuarios comienza en abril.

La débil demanda de estas conexiones, con una ocupación media inferior al 20%, está detrás de esta medida, que cuenta con el respaldo de Aerocas. Y es que desde la empresa pública consideran que en la actual situación no se cumplen los objetivos con los que nacieron estas líneas, puesto que las sacaron a licitación con la intención de fomentar una actividad turística que ahora está congelada por la pandemia.

Las rutas iban a estar operativas en las campañas 2020, 2021 y 2022.

Con el aplazamiento, estarán vigentes en los ejercicios 2021, 2022 y 2023. El de Castellón no es el único aeropuerto en el que Wizz Air va a cancelar o reprogramar vuelos. La caída general de la demanda en los sectores aéreo y turístico como consecuencia del coronavirus ha hecho que la aerolínea tenga que replantear su estrategia global.

Los efectos de la pandemia ya hicieron que Volotea decidiera sustituir la conexión con Marsella, aún sin inaugurar, por otra con Bilbao, que empezó a funcionar el pasado sábado. Las previsiones que manejan tanto la aerolínea como Aerocas es que la reactivación de la actividad en el sector se producirá antes en el mercado nacional que en el internacional.

De este modo, el aeropuerto de Castellón mantiene operativas las cuatro conexiones regulares restantes: Londres-Luton y Bucarest (Wizz Air), Londres-Stansted (Ryanair) y Bilbao. A diferencia de las otras, las rutas con la capital inglesa y Rumanía no tienen una vocación turística tan acusada, por lo que no se verán tan afectadas a nivel de ocupación.