E l Consell ha cumplido con la palabra dada a los sectores taurinos y en la resolución de la Conselleria de Sanidad de modificación y adopción de medidas adicionales y complementarias de prevención frente al covid-19 (publicada ayer en el DOGV) ha recogido una regulación específica que permitirá la organización de bous al carrer en recintos controlados, como única alternativa a un cierre total de la temporada que los afectados habían peleado por evitar desde el inicio de la crisis sanitaria, con el único propósito, según han defendido, de salvar las ganaderías autóctonas de la desaparición, tras haberse quedado sin ingresos y sin ayudas públicas.

Los festejos taurinos tradicionales tienen un apartado específico dentro de la orden. Entre los aspectos más relevantes que recoge está, como se había anunciado, la limitación de su celebración en «plazas de toros permanentes y portátiles, recintos e instalaciones taurinas», en referencia a los «perímetros cerrados y acotados» formados por cadafals adosados que «se asimilen en su estructura a una plaza de toros portátil».

Llama la atención, por ejemplo, que la mascarilla es obligatoria para el público, pero también para los rodaors , salvo «puntualmente» para «efectuar recortes a la res». Además, deberán llevar algún tipo de distintivo, facilitado por los organizadores, que los distinga como participantes activos y únicos autorizados aacceder al coso en el momento de la lidia.

En la Federació de Penyes de la Comunitat Valenciana aseguraron ayer que uno de sus principales caballos de batalla en la negociación que les ha llevado hasta aquí ha sido el de los aforos. Mientras que para las corridas de toros se establece un límite que no puede superar las 800 personas, en los festejos de bous al carrer esa restricción solo es del 50% del total. «De lo contrario no habría sido viable para los organizadores», destacó el presidente de esta entidad, Vicent Nogueroles, quien precisó que en plazas con rateras, la presencia de público dependerá de los barrotes, «de manera que pueda ocuparse uno sí y uno no».

La normativa endurece la burocracia que deberán superar quienes quieran hacer este tipo de actos, ya que exigen informes que hagan referencia a los aforos y declaraciones responsables. H