El poblado ibero del Puig de la Misericòrdia de Vinaròs ha concluido la octava campaña de excavación, que ha cumplido su objetivo de profundizar a los niveles interiores del siglo VI antes de Cristo. El arqueólogo de la Diputación, Arturo Oliver; y la concejala de Cultura, Anna Fibla, explicaron ayer en la biblioteca municipal los detalles más importantes de estas tres semanas de excavaciones.

«Estamos ante un edificio singular y único, una residencia fortificada palaciega. Se trata de un yacimiento de gran importancia en cuanto a su estructura arquitectónica que, por su buena conservación, puede aprovecharse para proyectos turísticos y educativos, al permitir observar cómo estaba estructurado el poblado y la complejidad de la fortificación y sistemas defensivos», explicó Oliver.

La campaña que ahora ha concluido ofrece una visión completa de la configuración urbanística ibera de esta residencia fortificada. Unos trabajos que también se centraron en el recinto de mayor superficie del poblado, «que tiene acceso directo desde la puerta principal y que, al parecer, está al aire libre en gran parte». En este espacio se han hallado unas escaleras «que nos reafirman en que el inmueble tenía dos plantas y un gran fogón para actividades domésticas o artesanales».

En cualquier caso, Oliver incidió en que en dos estancias aún queda por ahondar en niveles anteriores, del siglo VII a. C., a los que se llegará en próximas campañas en el Puig.

Hallazgos

En cuanto a los objetos y enseres hallados en los últimos trabajos de campo, el arqueólogo provincial incidió en que, «al tratarse de la excavación de los niveles del siglo VI a. C, cuando el poblado fue abandonado de forma pacífica, la gente que allí vivía se lo llevó casi todo, por lo que el hallazgo de materiales ha sido pobre esta vez».

Aun así, Oliver informó de la localización de un tejido trenzado de esparto y dos brochas --una de ellas se encontró en el interior de un muro; así como colgantes de bronce y de piedra, fauna y restos de vegetación que ayudarán a comprender el ecosistema de este asentamiento en esa época.

Perengil

Fibla y Oliver informaron también que es necesaria una actuación en el yacimiento arqueológico del Perengil. «Hay una serie de deficiencias y nuestra intención es que el presupuesto municipal del próximo año contemple una partida para consolidarlo y ponerlo en valor. Los dos espacios tienen una gran relevancia cultural, social y turística y nuestro objetivo es conseguir hacer unas rutas para que todo el mundo pueda disfrutarlos», dijo la edila.

Al respecto, Oliver reivindicó que este yacimiento, «una construcción peculiar en la arquitectura ibérica y enclave estratégico en la época de la Segunda Guerra Púnica que enfrentó a cartagineses y romanos, requiere de un mantenimiento y refuerzo estructural, tras 20 años de sus últimas actuaciones».