L a patronal que agrupa a las empresas del sector azulejero, Ascer, celebró ayer su asamblea general, en la que hicieron balance de las acciones desarrolladas ante la crisis del coronavirus y anticiparon algunos de los desafíos a los que se enfrenta esta industria en el futuro. El presidente del colectivo, Vicente Nomdedeu, mencionó entre estos asuntos el empleo. El máximo dirigente de Ascer puso el énfasis en que habrá que seguir «trabajando de forma flexible en el ajuste de la fuerza laboral a las necesidades productivas de los próximos meses. La paz social y una comprensión por parte de los agentes sociales de la situación se hacen necesarias ante lo que pueda venir», indicaron desde Ascer.

Los efectos económicos de la pandemia serán el factor central de las negociaciones del próximo convenio colectivo del sector. El vigente concluye a finales de este año, y se prevé que las reuniones empiecen tras el presente verano.

Las ventas durante el primer semestre cayeron un 11,3% respecto al mismo periodo del año anterior. En este sentido, el secretario general, Alberto Echavarría, destacó que el sector azulejero pudo seguir trabajando a pesar de la paralización y confinamiento total del país, ya que la industria continuó cargando y atendiendo sus compromisos comerciales, y retomando su actividad productiva en cuanto le fue posible, incluso antes que otras actividades.

Asimismo, reivindicó la importancia de la industria en la economía y que se le «reconozca el papel que desempeña, y se promueva el mundo industrial y el empresarial como generador de empleo estable y de calidad». Nomdedeu informó que se ha cerrado el proceso de sucesión de la secretaría general, que se inició hace dos años y medio con el nombramiento, este mes de enero, de Alberto Echavarría. También reconoció la implicación y la profesionalidad del equipo técnico de la asociación, la labor de la junta, los vicepresidentes y el tesorero, y valoró a los sanitarios, fuerzas de seguridad y empleados de sectores esenciales. H