Hasta 13 plagas afectan en este momento al sector agrícola de la provincia de Castellón y a cultivos tan diversos como la uva, los caquis o los cítricos, lo que provocará este año pérdidas de alrededor de 62 millones de euros y más de 180.000 toneladas de producción, con el desperdicio alimentario que ello conlleva.

El conocido como cotonet de Sudáfrica se ha convertido en uno de los principales azotes para la citricultura de la zona, al haber disparado los daños tras la supresión de las únicas materias activas (el clorpirifos y metil clorpirifos) que habían demostrado su eficacia hasta este momento, tal y como explican desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), que reprochan que a cambio no han puesto a disposición del sector alternativas viables.

Un hecho que según señalan también ha tenido impacto sobre otras plagas, como los trips de la orquídea que «desde su primera detección en el 2017, al ser de origen foráneo, se está expandiendo sin control y ya llega a Castellón».

ALARMA

Otra amenaza es la avispilla del almendro, afección reconocida este mismo año y que afecta especialmente al Alto Palancia.

El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, tacha de «equivocada» la política fitosanitaria europea y comenta que «está teniendo como resultado justamente el advertido por el sector: más tratamientos fitosanitarios, desperdicio de alimentos, pérdida de la competitividad o campos abandonados», entre otros.

Ahora bien, la situación se extiende a la apicultura, con el ácaro Varroa, que diezma las poblaciones de abejas, o una prevalencia alta de tuberculosis en el vacuno.

Y es que en la ganadería existe un riesgo creciente de propagación de enfermedades debido a la superpoblación de especies de fauna salvaje, tal y como detallan desde la agrupación, que ejemplifican con el caso de sarna en la provincia tiempo atrás.

NUEVOS PELIGROS

Por otro lado, todavía existen otras plagas o enfermedades que podrían llegar a Castellón y suponer un nuevo peligro para el sector primario. En el ámbito citrícola hay cierto temor a la entrada de la mancha negra, la falsa polilla, la xylella fastidiosa o la bacteria huanglongbing, más conocida como dragón amarillo. Y en el porcino las miradas se centran en la peste porcina africana.

Por todo ello, Aguado lamenta que la Comisión Europea sea «menos exquisita ante el riesgo intolerable de entrada de plagas y enfermedades de cuarentena que, de propagarse en la provincia, no se podrían hacer frente».

Detecciones en el exterior y campaña de más producciónLa presencia de plagas en los cítricos importados de terceros países a la Unión Europea y el rechazo a los mismos por este motivo ha crecido un 24% en lo que va de año respecto al ejercicio anterior, según denuncia la Unió de Llauradors, que señala que el mayor incremento sucede con la mercancía de Argentina.La organización insiste en este sentido en la implantación de un criterio único de inspección en origen y la limitación de la entrada a unos únicos puertos con una presencia suficiente de técnicos expertos. Ante este panorama, la Unió pone de manifiesto el grave peligro que supone la firma del acuerdo comercial de la UE con Mercosur, pendiente de ratificación, para la citricultura europea ante la llegada de plagas.En cuanto a los primeros pasos de la presente campaña, los indicadores revelan mayor cosecha. Según el primer aforo elaborado por la Conselleria prevén un incremento del 37% respecto a la temporada anterior. Tal y como recogió ‘Mediterráneo’ el día 7, los precios están siendo propicios gracias al incremento de la demanda por el coronavirus. Las ventas en el país y la petición de cítricos por parte de Europa aumentó la cotización en las últimas semanas de la cosecha precedente. Un fenómeno que continúa en el arranque de la presente. Precisamente las plagas suponen uno de los grandes temores de los agricultores, ante la merma que causará toda la fruta que no pueda presentar el aspecto deseado cara a su comercialización.