Los planteamientos de la economía circular y la utilización de fuentes de energía verdes supone un desafío para el sector público y las grandes compañías, aunque también deben implicar al conjunto de la sociedad. Mireia Mollà expuso una hipotética idea en el Ecoforum de Castelló, celebrado el martes y el miércoles con la participación de empresas y administraciones para poner en común las medidas planteadas contra el cambio climático.

Para ello puso como hipotético ejemplo el escenario de este encuentro, el Auditori de Castelló. «Tiene unos 5.000 metros cuadrados de superficie. En una ciudad como esta, con más de 2.750 horas de sol al año, instalar placas solares en el tejado generaría unos 700.000 kilovatios hora anuales, con lo que abastecería a unas 100 viviendas», desgranó.

El anteproyecto de Ley de Cambio Climático contempla que zonas como las superficies de aparcamiento de más de 1.000 metros cuadrados se cubran con placas, así como el autoconsumo en para usos urbanos en tejados de más de 5.000 metros cuadrados. «Hay que bajar a lo micro; con medidas de un efecto multiplicador nada despreciable», dijo.

Mollà comentó que un fruto de la determinación ambiental del Consell será la Ley de Economía Circular de la Administración autonómica, cuyo proyecto «verá la luz en diciembre, y en la que todos los actores podrán participar de manera decidida». Un proyecto que abarcará a las grandes decisiones, y también a acciones individuales de la sociedad, con el fin de reducir emisiones y residuos.