Fueron considerados los héroes de la pandemia, pero tras el confinamiento y el mayor colapso del sistema por la pandemia, los sanitarios de Castellón advierten de que están sufriendo una mayor agresividad, especialmente, a nivel verbal por parte de los pacientes. Las principales quejas radican en la falta de consultas presenciales en los centros de salud al realizarse la mayor parte de la atención a nivel telefónico y las demoras para ser atendidos.

Para intentar frenar las acciones violentas hacia este colectivo, el Consell lanzó ayer, en colaboración con los colegios profesionales, una campaña de concienciación bajo el título Respetemos a quien nos cuida. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, fue el encargado de presentar esta iniciativa porque aunque «parece increíble que pueda pasar, está pasando» en relación a las agresiones físicas y verbales a los profesionales en plena situación de emergencia sanitaria . Además reconoció que hay problemas que mejorar en la atención, como las listas de esperas, pero advirtió de que queda semanas difíciles con una mayor presión asistencial propia de la temporada de invierno.

«El paciente no entiende que antes acudía al centro de salud y se le atendía presencialmente y ahora no es así, debe ir con cita previa y en muchas ocasiones la atención es telefónica. Hay que informales del por qué, sino el resultado es su malestar y la percepción de que el médico no quiere trabajar cuando es al contrario, están desbordados», destacó el presidente del Colegio de Médicos Castellón, José María Breva, quien insiste en que los sanitarios no deben ser vistos «como los responsables de las posibles deficiencias que tenga el sistema sanitario».

Uno de los problemas que el colegio detecta es la «infradeclaración» de agresiones. La entidad solo tiene constancia en lo que va de año de dos agresiones a médicos en la provincia de carácter verbal, pero la cifra se aventura que es mucho mayor.

Por su parte, el presidente del Colegio Colegio de Enfermeros y Enfermeras de Castellón, Francisco Pareja, afirmó que durante la época del confinamiento, la actitud de la ciudadanía «fue de más apoyo y comprensión, pero con el desconfinamiento y a medida que se ha agravado la situación, los profesionales perciben más nerviosismo y agresividad». Al igual que ocurre con los facultativos son pocas las enfermeras que deciden denunciar, solo tres lo han hecho en lo que va de año a través de esta entidad colegial de Castellón. «Este tipo de situaciones se evitarían si el sistema fuera más sólido y si la clase política hubiera prestado más atención a los profesionales. Si hubiera más dotación y más personal, se reducirían los nervios de los pacientes y se evitarían las agresiones», afirmó.

405 agresiones

Según la Conselleria de Sanidad , este año se han contabilizado hasta octubre 405 agresiones a personal sanitario, de las que un 83,7% han sido de carácter verbal (339) y el restante 16,3% (66), de carácter físico. Hay más agresiones en centros de salud que en hospitales.