Los vecinos de dos bloques de edificios de la zona sureste de Castellón, en el parque Sensal, viven en los últimos meses preocupados por la continua presencia de una extraña persona, de mediana edad, en los alrededores de su residencial. Desde el pasado verano, un hombre ataviado con gorra, gafas oscuras y al que la mascarilla hace todavía más complicado identificar ronda continuamente y de forma compulsiva el edificio, situándose en actitud vigilante frente a los bloques --con algunos gestos agresivos como los que se pueden ver en el vídeo que acompaña esta información--, y amenazando e insultando por el telefonillo a una supuesta vecina que sería la principal víctima del acoso, y a la que ninguno de los vecinos conoce.

En otras ocasiones, el hombre se sitúa en la puerta de la entrada del garaje, controlando sin demasiado disimulo los automóviles que entran o salen del bloque. Estas actitudes tienen atemorizado al vecindario, “sobre todo a los más pequeños, que ya incluso tienen miedo de bajar a jugar a la zona común, ya que esta persona se coloca junto a la valla, en actitud vigilante e intimidadora”, dice una de las vecinas del residencial.

“Tenemos hijos e hijas menores de edad que salen temprano de casa, casi de noche, para ir al instituto. Nos da miedo que pueda pasar algo desagradable un día de estos, ya que no sabemos con qué intenciones tenemos mañana, tarde y noche a esta persona frente a nuestra casa”, denuncia otro afectado.

Aunque el vecindario ha extremado las precauciones para evitar dejar abierto el portal, ya se ha visto alguna que otra vez a este misterioso hombre dentro de la zona común del residencial, lo que ha acrecentado el temor. Los vecinos han llamado en repetidas ocasiones a la Policía Nacional y Local, pero la aparición de los agentes para someter a identificación a este hombre no ha tenido efectos disuasorios. “Nos sentimos acosados y amenazados y ya no sabemos a quién acudir. Desde la Comisaría y la Policía Local nos dicen que no pueden hacer nada más que intentar convencerle para que deponga su actitud y que sería más un tema de servicios sociales, ya que esta persona --que no tiene antecedentes penales-- podría tener problemas mentales”, explica uno de los testigos diarios del extraño comportamiento del varón.

Los propietarios de las viviendas del residencial ya se han puesto en contacto con su empresa administradora de fincas, para que consulte con el servicio jurídico sobre qué medidas tomar. “Pero se trata de procesos lentos, que tardarán meses. De momento nos aconsejan que denunciemos ante la Policía Nacional”.

Las visitas no deseadas de esta extraña persona se han incrementado en las últimas semanas. Según explican a Mediterráneo los vecinos, al principio solo aparecía por las tardes, pero en los últimos días ha intensificado su intimidatoria presencia, hasta el punto que “a las siete de la mañana ya está pegado al portal y se pasa toda la mañana rondando el residencial y acercándose al telefonillo para insultar y amenazar a una vecina de la que nadie tiene constancia”, explican los afectados.