El coronavirus ha desencadenado una recesión de dimensiones históricas. Además de poner contra las cuerdas al sistema sanitario, la pandemia ha afectado al bolsillo de la mayoría de las familias y empresas de Castellón. La caída de ingresos por las restricciones y el alza del desempleo han mermado el consumo de los hogares, pero también los ingresos del Estado vía impuestos. Y lo peor de todo es que el recorte en la recaudación llega en un momento en el que los gastos de las administraciones públicas no dejan de crecer, y no lo hacen por el pago de los ERTE, las ayudas a los autónomos o los refuerzos del sistema sanitario.

Después de seis años de bonanza económica y con los números al alza, los ingresos del Estado en Castellón vuelven a estar en números rojos. Entre los meses de enero y octubre, Hacienda ha ingresado en la provincia 989,5 millones de euros, un 5,9% menos que en el mismo periodo del año pasado, según las cifras que maneja la Agencia Tributaria. O dicho de una manera más clara: durante los diez primeros meses del 2020, el fisco ha dejado de ingresar 61,5 millones como consecuencia de la crisis provocada por el covid. Si las cosas no mejoran (y nada indica que así será), el Estado cerrará el año con unos ingresos que en Castellón apenas superarán los 1.000 millones de euros, justo la mitad de lo que ingresó en el 2007 (más de 2.000 millones).

En Castellón, Hacienda ha recaudado casi un 6% menos, pero el retroceso es bastante inferior al del conjunto del país, donde los ingresos caen un 10,1% de media. De hecho, este descenso es bastante superior al que ha contemplado el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), donde prevé que los ingresos tributarios caigan un 7,6% este año.

De los tres grandes gravámenes del sistema fiscal español (IVA, Impuesto sobre la Renta e Impuesto de Sociedades), el que más cae en Castellón es el que grava el beneficio de las empresas. Nada menos que la recaudación por este concepto ha descendido este año un 18,8%, desde los 245, 5 millones del 2019 a los poco más de 199 de este ejercicio. Una caída que se explica por el deterioro de las cuentas que han sufrido la mayoría de negocios de la provincia durante los últimos meses y que llevó a que el Gobierno permitiera a las pymes abonar los pagos fraccionados a cuenta de este tributo en función de la evolución del año en curso, en lugar de hacerlo en base a las cifras del ejercicio anterior, como suele ser habitual, lo que hubiera supuesto una mayor factura para las empresas.

NUEVE MILLONES MENOS EN IRPF

Los ingresos del Estado vía Impuesto de Sociedades se han desplomado como también lo ha hecho la recaudación del IRPF. En los diez primeros meses de este ejercicio, Hacienda se ha embolsado en Castellón 555,5 millones de euros, 9,10 millones menos que durante el 2019. ¿La causa? Las menores retenciones que se aplican en las nóminas de los trabajadores, lo que está relacionado con la gran cantidad de asalariados que se han visto afectados por ERTE.

Otro de los impuestos que evoluciona cuesta abajo es el IVA, que grava el consumo de las familias. Por este concepto, Hacienda ha recibido desde Castellón 205,8 millones de euros, un 0,9% menos. De todos modos, la recaudación vía IVA se ha ido recuperando en los últimos meses, tras el batacazo sufrido en la primera mitad del año, cuando los ingresos se desplomaron por encima del 30%. Otro tributo que evoluciona a la baja es el impuesto sobre la renta de no residentes (-61,5%).