El sector pesquero de Castellón está en vilo ante las deliberaciones del Consejo Europeo de Agricultura y Pesca que empieza hoy. Uno de los principales asuntos a tratar por parte de los ministros es la regulación de las jornadas de faena en el Mediterráneo, lo que puede poner en peligro la rentabilidad del sector a partir del 1 de enero.

La federación provincial de cooperativas, junto al resto de colectivos de la Comunitat y de Cataluña, Baleares, Murcia y Andalucía, advierte de que la propuesta de reducir las fechas pondrá en peligro la continuidad de las embarcaciones. El secretario de la interfederativa Coincopesca, Luis García, expresa que ya en este 2020 «se hizo una drástica disminución, y el sector no puede permitirse otra reducción para el 2021». La cuota para el presente año era «de 180 a 190 días, lo que equivale a estar parados tres meses al año». Un panorama al que se han unido las dificultades derivadas por el covid.

Los colectivos de pescadores han elaborado un manifiesto en el que avisan de que el Consejo, liderado por el comisario europeo Virginijus Sinkevicius «tiene en sus manos ahora que la ancestral y tradicional actividad pesquera en el mediterráneo, y su equilibrio social, económico y ambiental pueda mantenerse».

Existe un plan plurianual para este oficio, que establece reducciones graduales hasta el año 2025 para alcanzar la sostenibilidad de las especies. Pero el documento indica que hay «otras medidas técnicas» para lograrlo», y recuerda que las causas que limitan los estocs en la costa provincial van más allá del número de embarcaciones y las jornadas de trabajo. «Existe la contaminación, el cambio climático, la presión demográfica o la presencia de especies invasoras en nuestro mar». El patrón mayor de Castelló, Manuel Peña, incide en el caso de la sobrepoblación de atún rojo sobre otras especies.