Castelló alberga rincones que en ocasiones pasan inadvertidos para los que cada día transitan por sus calles, pero que en realidad forman parte de la riqueza patrimonial azulejera que pone de manifiesto la vinculación del entorno a esta industria.

Un recorrido articulado a nivel internacional y bautizado como Ruta Europea de la Cerámica pretende poner en valor todos estos espacios construidos o engalanados con el material y que son compartidos por las ciudades miembro de los cinco países participantes de la iniciativa, entre los que se encuentran Italia, Francia, Alemania, Países Bajos y Alemania.

La capital de la Plana ha sido una de las últimas incorporaciones al programa, con la asistencia este mes de diciembre a su primera asamblea, siendo a su vez la primera localidad española vinculada a dicha ruta que está certificada como Itinerario Cultural del Consejo de Europa.

Puntos urbanos como el parque Ribalta, los retablos de la plaza Fadrell o la plaza Na Violant d’Hongria, edificios como el de Correos o los modernistas junto a la Farola, así como las capillas del siglo XVIII existentes en diversas calles son solo algunos ejemplos del principal argumento que ha hecho a Castelló valedora de incorporarse al itinerario europeo.

La alcaldesa, Amparo Marco, explicó que la ruta será «todo un revulsivo turístico que permitirá abrir a nivel internacional una parte clave de nuestra identidad local», a la vez que destacó también la intención de «poner en valor esta riqueza cultural».

Mientras, hasta que se produzca la recuperación turística para exportar esta riqueza patrimonial, basta con abrir los ojos en los paseos por la ciudad para disfrutar de ella. Además, esta seña de identidad continúa en plena vigencia, como evidencia el auge del uso de este material también en la ejecución de las nuevas construcciones, siempre con el fin de mantener, de una forma u otra, esta costumbre tan arraigada.