La Diputación de Castellón acaba de anunciar la renovación del convenio suscrito con la Universitat de València para buscar las vías de intervención más efectivas para garantizar el control de determinadas plagas en la provincia, con especial preocupación por las de mosquitos, que desde hace varios años martirizan a los municipios castellonenses, en especial en las zonas de costa.

Con este nuevo acuerdo, dan continuidad al proyecto de Control del mosquito tigre, la mosca negra y garrapatas en la provincia de Castellón, que firmaron en el 2018 y que viene desarrollándose desde entonces de manera ininterrumpida.

La función de la universidad es la de realizar estudios científicos que sirvan de respaldo a las acciones sobre el terreno. Según explica la diputada de Medio Ambiente, María Jiménez, con su renovación se aseguran de que van a mantener estas investigaciones «durante todo el año en suelo urbano de los municipios, para poder determinar con exactitud dónde pueden estar los principales focos y dar la información necesaria a los ayuntamientos para que puedan actuar de forma precisa».

El presupuesto anual que destina el gobierno provincial a este objetivo asciende a 45.000 euros y abarca todo el año. Una vez realizados los informes, se trasladan las conclusiones a los consistorios, porque «son ellos los competentes en aplicar los tratamientos adecuados en suelo urbano».

Jiménez expuso ayer que las indicaciones que traslada la Universitat, son «hojas de ruta muy claras en las que se detalla dónde, cuándo y cómo hay que actuar, que en aras de la máxima eficacia, deben ser seguidas al pie de la letra».

La Diputación destina al Plan Provincial Contra los Mosquitos un presupuesto de 960.000 euros, que incluye este convenio y la ejecución de tratamientos específicos, razón por la que la diputada ha defendido que «nadie puede dudar del esfuerzo que realizamos».