Los meses más duros de la pandemia limitaron la circulación de trenes y el número de pasajeros, pero no fueron impedimento para las obras programadas en el tramo de Castelló a València del corredor mediterráneo.

El recién estrenado año ofrece un nuevo desafío relacionado con la mejora de la red ferroviaria de la provincia, enfocado en esta ocasión en la zona norte, con el fin de evitar nuevos cuellos de botella como los sufridos durante años en el área de Vandellòs, en Tarragona.

Tal y como queda reflejado en el seguimiento que periódicamente elabora la plataforma Quiero Corredor, en los últimos años se han dado nuevos pasos en la zona de Cataluña y también en la implantación del tercer hilo en la mitad sur castellonense. Pero en medio ha quedado una zona carente hasta ahora de inversiones, que necesita un avance para conectar los tramos ya ejecutados.

Una situación que, según indican desde el Comisionado del Gobierno para el Corredor Mediterráneo, debe empezar a cambiar en este 2021. «Los Presupuestos del Estado establecen la actuación y la empresa gestora de las infraestructuras ferroviarias, Adif, ya tiene preparada la licitación de la obra», indican. Previamente habrá que resolver las alegaciones presentadas por operadores de mercancías, que previsiblemente quedarán resueltas con una línea de subvenciones para la modernización de su material rodante.

Cambio de ancho

Estas objeciones, que han retrasado el calendario previsto, son debidas a las características del proyecto. En esta ocasión no habrá tercer hilo, sino que directamente se procederá al cambio de ancho de las vías a las medidas internacionales. Algo que nunca hasta ahora se ha hecho en España, incidieron. Ello implica que los trenes que circulen a partir de la modificación no podrán elegir el ancho de los raíles. De ahí las alegaciones, detallaron desde este comisionado a Mediterráneo, y la necesidad de ayudar o indemnizar a aquellas compañías que necesiten modificar sus equipamientos para operar.

Una operación tan compleja, y acompañada de retrasos, como el Corredor ha contado con diferentes formas de afrontar las necesidades técnicas. Con las actuaciones en la parte norte de Castellón se quieren evitar las incidencias del tercer hilo, que conllevaron numerosos problemas para la circulación de trenes, especialmente la línea C6 de Cercanías.

Desde el organismo estatal aseguraron que la el cambio del ancho «no tendrá tantas afectaciones», ya que las modificaciones se harán por tramos. Primero se actuará en una de las dos vías ya existentes, para luego emprender la otra y culminar los cambios. «Una operación secuencial que cuando acabe tendrá una trascendencia importante», auguran, al dejar conectadas las partes ya mejoradas con otras donde no se han hecho mejoras significativas en las últimas décadas. Esto supondrá que un trayecto entre Barcelona y Murcia dejará de durar seis horas, para quedarse en tres y media.