La comarca del Palancia vuelve a repetir la historia del pasado fin de semana, y recibió a un gran número de domingueros, para ver los restos de la nevada generada por la borrasca Filomena A pesar del llamamiento llamamientorealizado recientemente por su alcalde, Antonio Salvador, para que "nadie" viajara a la localidad para ver y tocar la nieve, ante el notable incremento de casos positivos de covid-19, -incluido el propio alcalde-, el efecto de la petición fue escaso.

Esta situación también se ha dado a lo largo de todo el fin de semana en la comarca de Els Ports. Además, localidades del interior como Ares del Maestrat o Culla tuvieron que habilitar aparcamientos específicos para los visitantes, y controles de acceso a cargo de Protección Civil.

En el Palancia la nieve se mantiene cuajada y helada en alturas superiores a los 900 metros y vuelve a ser un motivo de atracción para visitantes domingueros que escapan de sus lugares de origen para encontrar ambientes distintos; pero en esta ocasión ya se ha advertido de la altísima incidencia que tiene el coronavirus en los pueblos de la comarca, como consecuencia -según algunos confirman- de las últimas fiestas navideñas.

El alcalde volvió a lamentar la situación que en condiciones normales sería bienvenida pero en el momento actual no solo es peligroso para los que llegan sino también para los que están, por el altísimo riesgo de contagio existente. La situación es también contradictoria para unas normas sanitarias que piden evitar al máximo los desplazamientos y quedarse en casa. Hasta autobuses viajaron a Barracas para ver la nieve.

Otros municipios de la zona como pueden ser El Toro y Pina de Montalgrao, se encuentran ‘invadidos’ de personas y vehículos.