La Universitat Jaume I (UJI) emprende desde este martes y hasta el 3 de febrero el periodo oficial de exámenes del primer semestre del curso.

La Jaume I ha implementado un protocolo especial con medidas para garantizar la máxima seguridad en las pruebas presenciales en las asignaturas que así lo haya determinado el profesor. Así las directrices marcan respetar el aforo máximo por aula; distancia de seguridad, uso de mascarilla y del gel hidroalcohólico.

Asimismo, las materias con un número de estudiantes elevado podrán desarrollar las pruebas en el Pavelló Poliesportiu, que tiene 3.000 m² y 600 mesas de casi dos metros de longitud. De este modo, los alumnos podrán hacer el examen con total garantía. En los grupos más numerosos puede haber de 150 a 160 matriculados pero, en otros, no serán más de 80.

Además, para evitar la aglomeración se recomienda apertura de aulas y asistencia con antelación suficiente, escalonar horarios, no pasar lista y que el alumnado vaya sentándose en el lugar señalizado, dejando su DNI visible. También se insta a no quedarse dentro de las instalaciones al finalizar.

Al profesorado se le ha pedido optimizar la duración y, en los exámenes vespertinos, tener en cuenta la limitación de circulación de personas en horario nocturno establecida por Generalitat.

La UJI ha ideado un sistema de climatización y ventilación forzada, que renueva el aire totalmente entre 6 y 9 veces cada hora. También se recomienda abrir las ventanas unos 10 minutos antes o al inicio de cada examen e ir abriendo 10 minutos cada hora o en los descansos en exámenes largos.

LOS ESTUDIANTES PIDEN NO HACER EXÁMENES PRESENCIALES

La presidenta del Consell de l’Estudiantat, Laura Alcaide, señala que seguirán pidiendo hasta el último día de exámenes que se pasen a telemáticos todos los que sea posible, para garantizar la seguridad del estudiantado. «Estamos viendo el alto índice de casos que hay en la Comunitat. Mientras los centros de Primaria y ESO están cerca de los domicilios de los alumnos, en la Universidad hay alumnos de distintos municipios, provincias, comunidades», añade.

Alcaide pone el ejemplo de que muchos alumnos tienen que recorrer kilómetros para ir a la UJI y coger un transporte público sobrecargado y sufrir cancelación de trenes o retrasos, que les impide llegar a tiempo o tener que subir en trenes con aglomeraciones, resultado de aglutinar los pasajeros que deberían ir en dos trenes en un único convoy.