Las principales variables para medir la evolución del virus reflejan la gravedad de la situación y los efectos dramáticos que la tercera ola está dejando en la provincia de Castellón. Uno de los principales indicadores para medir la propagación de la pandemia es la incidencia acumulada que se ha disparado hasta los 952, 6 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, según los datos que actualiza semanalmente los jueves el Ministerio de Sanidad. Esto supone que en menos de un mes la incidencia se ha triplicado, teniendo en cuenta que el pasado 29 de diciembre, en plenas navidades, marcaba 299,7.

Estas cifras situán a la provincia con una incidencia acumulada superior a la medida nacional, que está en 795, pero por debajo de la autonómica, que según datos de ayer del Ministerio de Sanidad, alcanza los 1.166 casos por cada 100.000 habitantes. Esto se debe a que la provincia de València alcanza una incidencia acumulada de 1.350, mientras que Alicante está en 948,6.

Solo Extremadura, Murcia y Castilla la Mancha presentan peores cifras que la Comunitat.

Atrás queda el hecho de que Castellón liderara el pasado otoño el ránkings de provincias españolas con una incidencia menor cuando otras regiones estaban inmersas en la segunda ola, cuyos efectos en Castellón fueron mucho menores a los actuales.

Positividad

Otros baremos, junto al anterior y la presión hospitalaria, que reflejan que la pandemia avanza sin control es el que hace referencia a la positividad que está en el 28,1%, es decir, tres de cada diez pruebas de coronavirus que se realizan resultan positivas. Los expertos consideran que cuando se supera el 15% de está en nivel cuatro de alerta máxima.

De igual modo, el llamado número de reproducción básico instantáneo (Rt), que es el promedio de casos secundarios que cada sujeto infectado puede llegar a infectar en una etapa de tiempo, se encuentra en 1,08, superando el peligros umbral del 1.