¿Año nuevo, vida nueva? Para los municipios del interior el 2021 empieza con una noticia muy similar a la de los otros años. La mayoría sigue perdiendo población y lo hace a un ritmo que todavía no consigue aflojarse. Y eso que en el último año el fenómeno de la despoblación ha entrado en la agenda política. 70 de las 135 localidades de la provincia tienen más bajas que altas en el padrón y eso que, en su conjunto, Castellón gana habitantes. Y eso significa que, al menos desde el punto de vista demográfico, la provincia marcha a dos velocidades.

Los datos del padrón definitivo que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan la existencia de dos provincias muy diferentes. La primera agrupa a algo más de la mitad de los municipios (el 52%), que son los que tienen menos habitantes que un año antes. En esa lista aparecen prácticamente todas las localidades del interior, desde Aín a Vistabella, Xodos, Xert, Vallibona, Eslida, Higueras o Forcall. Todas tienen en común que la cifra de defunciones es muy superior a la de nacimientos y la llegada de inmigrantes (si es que ha llegado alguno) no ha conseguido que el panorama demográfico cambie.

Los pueblos de Castellón son cada vez más pequeños y hay localidades cuya sangría es más fuerte. Almedíjar, por ejemplo, ha perdido en un año 10 habitantes (de 254 ha pasado a 244), mientras que Cervera ha restado 18 (ahora tiene 557) y Rosell 25 (de 937 a 912). La Serratella ha perdido seis y ya forma parte de la lista de localidades con menos de 100 vecinos.

El padrón baja en 70 municipios de la provincia pero sube en otros 62. Y eso es lo que ha provocado que en un año el registro oficial de habitantes haya aumentado en 5.628 personas, hasta llegar a un total de 585.590. Se trata del cuarto año consecutivo en el que se registra un alza de la población tras el descenso del 2015 y 2016.

EL CASTELLÓN QUE SÍ CRECE

Entre las localidades que aumentan de población se encuentras prácticamente todas las de más de 10.000 habitantes. Así, Castelló gana 2.536 vecinos (tiene 174.264), mientras que Vila-real aumenta en 400 (ya roza la cifra de los 51.300), Almassora crece en 472 (hasta los 26.742) y Burriana en otros 369 (los empadronados son 35.052). Otros de los municipios que suman vecinos son Xilxes, les Alqueries, Almenara o Moncofa. Este último encadena tres años seguidos al alza, un hecho que el ayuntamiento achaca a su ubicación y al precio de la vivienda. «Muchas familias que antes residían en otro municipio de la comarca o de Valencia han elegido Moncofa como lugar de residencia habitual», explican en el consistorio. En otras tres localidades de la provincia (Chóvar, Vilar de Canes y Figueroles) la cifra de habitantes permanece estable.

Si hay localidades que aumentan de habitantes es gracias a la inmigracion. En la mayoría de los municipios las muertes siguen superando a los nacimientos. La capital, por ejemplo, cerró el 2019 (el INE no dispone de datos más actualizados) con un crecimiento vegetativo de -138 personas, como resultado de 1.333 nacimientos y 1.471 defunciones. Es decir, si no fuera por los inmigrantes también perdería población.

Las cifras del padrón que acaba de hacer públicas el INE sirven para mucho más que conocer cuántos habitantes tiene cada municipio de la provincia y averiguar los que pierden y los que gana población. Este padrón es la base que utiliza el Estado para, por ejemplo, el reparto de los ingresos tributarios entre los municipios.

El documento establece que Castellón tiene casi 585.600 habitantes (294.791 mujeres y 290.799 hombres) y además está en el listado de provincias que crecen. Durante el último año su población ha aumentado un 0,97%, una cifra ligeramente superior a la media nacional, que es del 0,90%. La población de la provincia de Valencia se ha incrementado en un 1,04%, mientras que la de Alicante lo ha hecho otro 1,14%.