Antonio, empresario que explota los dos chiringuitos de la UJI, se ha querido defender tras las críticas vertidas en Mediterráneo este lunes por un hostelero que consideraba que se estaban vulnerando en sus instalaciones algunas de las restricciones marcadas por la pandemia. Al respecto, el gerente del Café dels Sentits asegura que está cumpliendo “con todas las medidas de seguridad” y que el que realizó esta denuncia “solo dijo falsedades. Entiendo que en la hostelería estén indignados, pero aquí cumplimos con la ley”.

Lo cierto es que atendiendo al texto del Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) en el que se publicaron las últimas medidas de lucha contra el covid-19, “los servicios de comedor escolar en guarderías y centros docentes de enseñanza reglada (colegios de Educación Primaria, institutos, universidades y similares), son una de las excepciones de cierre dentro de las restricciones tomadas por la Generalitat valenciana”, aunque el citado hostelero aseguraba que en la UJI se juntaban “varios jóvenes para beber alcohol en mesas, bancos o jardines”.

Antonio afirma lo siguiente al respecto: “Aquí se toman todas las medidas. No dejamos que se fume en las terrazas, obligamos al uso de mascarilla excepto cuando consumen, hay separación, no dejamos más de dos personas por mesa…”. Añade a su vez el empresario que en los dos chiringuitos que regenta, en los que antes de la pandemia podían utilizarse 60 mesas, “el aforo se ha reducido a la mitad y la seguridad interna de la universidad supervisa de que se cumplan las restricciones en todo momento”.

Es cierto que otros lectores de Mediterráneo se han puesto en contacto con este periódico para denunciar la presencia de tres o más jóvenes en la misma mesa, como se puede comprobar en la imagen inferior:

Puesto en conocimiento de Antonio esta imagen ha reconocido lo siguiente: “Yo no puedo controlarlo todo a todas horas. Esto es muy grande y no podemos atender a la irresponsabilidad individual de algunos clientes, haría falta que hubiera tres seguridades todo el rato para conseguirlo. Nosotros se lo decimos a la gente, pero si nos damos la vuelta y se quitan la mascarilla, no lo podemos controlar”.