La pandemia ha transformado infinidad de hábitos, entre ellos la forma en la que la ciudadanía se relaciona con la Administración, sustituyendo el mostrador por un asistente virtual.

Aunque la implantación de dicha tendencia ya se daba anteriormente, la crisis del covid-19 ha contribuido a acelerar el proceso en la provincia de Castellón, donde durante el 2020 se disparó la expedición de certificados electrónicos, la herramienta necesaria para identificarse ante la administración por internet, hasta casi duplicarse respecto al ejercicio anterior.

La Agencia de Tecnología y Certificación Electrónica de la Comunitat Valenciana (ACCV) expidió en la provincia el año pasado 43.965 certificados, lo que contrasta con los 24.227 del 2019.

El director de la sociedad para la prestación de servicios de comunicaciones de la Generalitat valenciana (Istec), Juan Alegre, explica que «con la pandemia hemos observado un aumento considerable en las peticiones de certificados, seguramente por el deseo de muchas personas de realizar transacciones telemáticas». A estas cifras, además, hay que sumar las de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que es el otro organismo dependiente del Estado con capacidad de llevar a cabo la labor de expedición.

La Comunitat Valenciana, junto al País Vasco, son las dos únicas autonomías que disponen de servicio público propio de certificación, ya que el resto no lo presta o lo han privatizado, según detallan en la Conselleria de Hacienda.

Mientras, la Administración mantiene la intención de potenciar este organismo de cara al futuro: «Nuestro objetivo es dar a conocer más la labor de la ACCV y las herramientas digitales que pone al servicio de la sociedad para aumentar la seguridad en sus trámites telemáticos», dice Alegre.

Otro de los aspectos a potenciar es la formación de ciudadanos y empleados públicos a través. «La digitalización empieza teniendo un certificado digital, es el primer paso para empezar a realizar otros trámites», concluyó el director del Istec.