Los puertos de España pescaron, de media, un 19,9% menos de pescado en el 2020 que en el 2019, en una campaña marcada por la pandemia. El descenso, sin embargo, no ha sido tan brusco en las cinco cofradías de la provincia, que registraron caídas menos intensas, e incluso en el caso de Vinaròs y Benicarló, sus flotas pescaron más.

No es que el covid haya pasado de largo para la flota castellonense, ya que hay barcas que aplicaron ERTE (aunque solo fuera durante una semana) y otras han tenido que parar a lo largo de estos meses por haber sufrido contagios entre su tripulación o la obligación de guardar cuarentena. Pero el saldo final no es para nada malo. Las capturas en los puertos de Castelló, Burriana, Benicarló, Vinaròs y Peñíscola sumaron a finales del año pasado 7.744 toneladas, por las 8.036 del 2019. Un descenso del 3,7% que, vistas las circunstancias, es más que asumible.

El puerto del Grau, el más importante en volumen de pesca, registró un descenso en el número de capturas del 9,3% (ver gráfico de arriba). «En arrastre el año fue bien, pero en fanal bastante mal», explica Manolo Albiol, secretario de la cofradía. La otra cara de la moneda la representan Benicarló y Vinaròs, donde, de hecho, en el 2020 pescaron más que en el ejercicio 2019.

«Vinieron a faenar bastante en nuestros caladeros embarcaciones de otras provincias, como el caso de Murcia o Alicante, en busca de sardina y boquerón», concretan desde la cofradía de Vinaròs. A diferencia de lo que ocurre cuando la flota de Sant Carles de la Ràpita pesca en el norte provincial, en este caso venden las capturas allí, no en sus puertos de origen.

Menos flota

Pese a que las cifras son buenas en el corto plazo, no hay que olvidar sin embargo que la reducción del número de barcas sigue siendo un problema de fondo importante. Se entiende bien acudiendo a las estadísticas de capturas de Puertos del Estado correspondientes, por ejemplo, al año 2000, cuando solo en Castelló se pescaron 15.532 toneladas, por no hablar de las 21.209 de 1995, el récord desde que hay registros.

En lo que sí está influyendo la pandemia es en el precio del pescado, efecto indirecto del cierre de la hostelería, sector que es consumidor intensivo. Sucede sobre todo con las capturas más caras. «Un ejemplo es el chipirón, que se estaba pagando a 21 € el kilo y ahora no pasa de 17», explican desde la cofradía de Benicarló.