Las más de 70.000 dosis que espera recibir la Cosnelleria de Sanitat Universal a partir del lunes (39.700 de Pfizer, 23.900 de AstraZeneca y alrededor de 8.000 de Moderna) permitirán seguir con la inoculación de las segundas dosis de la vacuna contra el covid-19 en hospitales y continuar la campaña en los centros sanitarios privados. Pero también comenzar la vacunación en nuevos colectivos, entre ellos, uno de los grupos más castigados por el coronavirus: el colectivo de personas mayores de 90 años que no se encontraban internos en residencias de la Comunitat Valenciana.

En Castellón los mayores de 90 años son poco más de 6.000 personas que representan un 1 % de la población total de la provincia (585.000), pero sin embargo suponen casi el 20% de los fallecidos a consecuencia del coronavirus. No hay cifras exactas de mayores de 90 años fuera de las residencias, pero en una estimación rápida, habría que restar de los más de 6.000 que viven en Castellón según los datos del 2020 del Instituto Nacional de Estadística (INE) un 17 % (poco más de un millar) que es la estimación media (según Envejecimiento en Red) de nonagenarios internados en residencias, que deberían haber recibido ya la vacuna.

En el ambulatorio o en casa

El plan de Sanidad es que quienes puedan ir al centro de salud sean llamados igual que con la campaña de la gripe, mientras que se irá a vacunar a domicilio de quienes no tengan esa posibilidad. Esta operación tiene dificultades en el uso de la vacuna de Pfizer, que recomienda que no sea transportada una vez se reconstruye el vial, así como el mantenimiento de la temperatura de ambas y el tiempo que pueden permanecer a temperatura ambiente una vez queda abierta.

La situación se repite con los grandes dependientes y sus cuidadores, con la salvedad de que en los menores de 55 años se utilizará la vacuna de AstraZeneca. Según datos de la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales hay 34.000 personas en la Comunitat Valenciana que tienen concecido un grado III de dependencia.