Iberdrola y Porcelanosa han decidido sumar esfuerzos y trabajar juntas en proyectos de electrificación de esta industria, que permitan la descarbonización de la producción cerámica, alineada con los objetivos de la Unión Europea, y la lucha contra el cambio climático.

Las empresas han acordado estudiar conjuntamente soluciones energéticas en las instalaciones centrales de la compañía cerámica, como es el caso de bombas de calor de alta temperatura de máxima eficiencia en los secaderos, así como el uso combinado de energía renovable y el suministro de hidrógeno verde, para alcanzar la temperatura necesaria en atomizadores y hornos híbridos.

De esta forma, contribuirán a impulsar la electrificación del proceso productivo de la compañía cerámica, a través de la mejora de la eficiencia energética y el aprovechamiento del calor residual.

Iberdrola acompañará a Porcelanosa en su plan de descarbonización en tanto que todas las soluciones energéticas y los consumos de las plantas de la compañía estarían soportadas por fuentes de energía libre de emisiones de CO2, incluyendo en el análisis la instalación de una planta fotovoltaica de autoconsumo en sus instalaciones.

La compañía energética colaborará también en el desarrollo de los proyectos y la ingeniería necesaria para apoyar la ejecución de estos proyectos de descarbonización innovadores, que podrían optar además a convocatorias de ayudas públicas, tanto europeas como nacionales o autonómicas.

Innovación verde para la transformación del tejido industrial

Iberdrola está convencida que la transición energética puede actuar como agente tractor clave en la transformación del tejido industrial y en la recuperación verde de la economía y el empleo. Para ello, la compañía ha lanzado un plan de inversión histórico de 75.000 millones de euros para el período 2020-2025, con el objetivo de duplicar su capacidad renovable y aprovechar las oportunidades de la revolución energética que afrontan las principales economías del mundo.

Las inversiones en España para el período se elevan a cerca de 14.300 millones de euros y la mitad -más de 7.000 millones de euros- irán destinadas al desarrollo de nuevos proyectos renovables, mientras que más de 4.500 millones irán dirigidos a redes eléctricas.

Tras veinte años promoviendo la transición energética, Iberdrola es líder en energía renovable en nuestro país, con una capacidad instalada de más de 16.700 MW renovables a septiembre de 2020; un volumen que en el mundo se eleva a casi 35.000 MW, convirtiendo a su parque de generación en uno de los más limpios del sector energético.

En la Comunitat Valenciana, Iberdrola gestiona más de 2.100 MW de potencia instalada renovable, con la mayor central de bombeo de Europa, el complejo Cortes-La Muela, como máximo exponente.

Asimismo, avanza en la tramitación de sus primeros proyectos fotovoltaicos en la región, que sumarán 450 megavatios (MW) y representarán una inversión de más de 230 millones de euros.

Con unas emisiones de CO2/kWh que son ya dos tercios inferiores a la media europea, la estrategia de inversión en energía limpia y redes llevará a Iberdrola a ser una compañía “neutra en carbono” en Europa en 2030.