El cierre perimetral de la Comunitat esta próxima Semana Santa se puede considerar ya una realidad, después de que ayer la Comisión de Salud Pública, en la que se encuentran representadas todas las comunidades y el Ministerio de Sanidad, acordara el confinamiento de las regiones y la limitación de la movilidad nocturna, de las 22.00 a las 6.00 horas, con motivo de la Semana Santa. El acuerdo será ratificado el próximo miércoles en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. De todos modos, el punto referido al toque de queda no afecta a la región ya que es la franja horaria en vigor en estos momentos.

Por tanto, el arranque de temporada turística, que siempre da su pistoletazo de salida coincidiendo con Pascua tendrá que esperar. Los municipios que más visitantes reciben respaldan el cierre perimetral para que sirva de barrera de contención para evitar una temida cuarta ola en plena vacunación masiva y confían que, de este modo, el verano se pueda salvar con garantías.

«Estamos de acuerdo en ser prudentes ahora y evitar así un posible repunte de casos tras la Semana Santa que dificultaría el inicio de la temporada estival turística, que tanto estamos esperando los destinos como Peñíscola y todo el sector. Sin embargo, es imprescindible que las autoridades competentes, tanto el Gobierno de España como la Generalitat, activen dispositivos de control en carretera y que se haga una vigilancia efectiva para que se cumplan las normas, porque si no seguirá habiendo movilidad», señaló el alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez.

Por su parte, la alcaldesa de Orpesa, María Jiménez, indicó que la situación obliga a «la prudencia», por lo que reconoce que no tomar las medidas necesarias ahora «puede poner en peligro la campaña estival». También reconoce el «grave perjuicio al sector».

Desde Benicàssim, su alcaldesa, Susana Marqués, insistió ayer que los cierres perimetrales son «una medida más, por lo que hay que apelar a la responsabilidad de cada uno para que no haya efectos de retroceso, además de exigir que lleguen las vacunas para volver a la normalidad».

Tanto Orpesa como Benicàssim son destinos de segunda residencia para personas de otras comunidades, especialmente, de madrileños de ahí la necesidad de llegar a consensos, aunque si, finalmente, la Comunidad de Madrid no aplica la medida esta igual tendrá efectos al estar el resto de autonomías cerradas.

De igual modo, el primer edil de Moncofa, Wences Alós, reclamó los medios necesarios para que nadie pueda incumplir la restricción fijada y apostó por ampliar los horarios y aliviar las restricciones en la hostelería para evitar masificaciones en horarios de comidas y cenas.

Desde Morella, su alcalde, Rhamsés Ripollés, respaldó el cierre perimetral «porque ahora lo más importante es la salud de todos. Son decisiones difíciles y que evidentemente tendrán una afección económica pero son necesarias para conseguir vencer la pandemia». Informan M. J. Sánchez, E. Bellido, J. Ortí y M. Á. Sánchez.