LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders califica como positivo para el sector agrario de la Comunitat Valenciana la suspensión temporal de los aranceles entre EEUU y la UE por un periodo de cuatro meses y confía en que ambas partes lleguen a un acuerdo en ese tiempo que permita exportar con normalidad al mercado estadounidense.

La organización critica que una vez más un conflicto ajeno a los intereses agrarios, como es el de las disputas de las compañías aeronáuticas Airbus (UE) y Boeing (EEUU), haya perjudicado al sector desde el mes de octubre de 2019 y por tanto el hecho de que se entablen negociaciones a partir de ahora puede ser significativo de la voluntad de llegar a acuerdos desde la llegada de Joe Biden a la presidencia del país norteamericano.

Los aranceles adicionales impuestos por EE UU eran del 25 % para los productos agroalimentarios y afectaban sobre todo a los cítricos, el aceite de oliva envasado, la carne de porcino, vinos tranquilos envasados (con alcohol inferior a 14º), aceitunas verdes, quesos o conservas de moluscos. Todos ellos productos que se beneficiarán de nuevo en este periodo de cuatro meses que “esperemos sea ya definitivo para un acuerdo”. En contrapartida hay que criticar que los aranceles impuestos por la UE a EEUU no eran demasiado importantes e incluso no tenían en cuenta ni siquiera las importaciones de almendras que inundan nuestros mercados y desestabilizan precios, tal y como había solicitado esta organización.

LA UNIÓ aprovecha no obstante para pedirle al Ministerio de Agricultura que negocie un nuevo protocolo de exportación de cítricos a EEUU, porque el actual es duro y cuesta mucho dinero enviar fruta con los condicionantes establecidos. Cabe indicar que nuestras clementinas están gravadas allí con un arancel de 1,9¢/Kg1, mientras que las procedentes de otros países como Australia, Canadá, Chile, Israel, Corea del Sur, Marruecos, México o Perú, están exentas al tener firmados con EEUU acuerdos de libre comercio. Además, nuestras empresas que deseen exportar clementinas deben cumplir con los requisitos recogidos en un Protocolo de exportación riguroso y con muchas condiciones, entre ellas un tratamiento de frío que sin embargo España no pide para las importaciones de otros países terceros.

No es de extrañar por tanto que nuestras exportaciones citrícolas a EEUU hayan caído progresivamente a lo largo de las últimas campañas desde las 60.660 toneladas de la 2010/2011 hasta las 9.034 tn de la 2018/2019, previa a la de la imposición de nuevos aranceles -2019/2020, donde se contabilizaron solo 45 tn. El retorno de nuestras exportaciones no será tarea fácil puesto que hay que volver a ganarse la confianza y, además Marruecos y Chile fundamentalmente, se han beneficiado de nuestra expulsión en el mercado estadounidense.