La decisión sobre dónde se situarán los nuevos accesos a la AP-7 en la provincia, una necesidad derivada de la liberalización de la carretera y del consiguiente aumento de tráfico, deberá esperar bastante más de lo previsto. Y es que esta actuación depende de unos estudios de tráfico cuya culminación el Ministerio de Transportes ha aplazado, a pesar de que en principio tenían que estar finalizados a principios de año, según marcaban los plazos de licitación de la actuación. En este asunto, como en todos, la pandemia ha jugado un papel fundamental.

El Ministerio de Transportes está redactando en la actualidad dos informes (uno por tramo de autopista: Tarragona-Valencia y Valencia-Alicante) con objeto de estudiar la distribución de la movilidad y evaluar la necesidad de actuaciones, tales como la remodelación de enlaces existentes o la implantación de otros nuevos.

Sin embargo, «el efecto covid-19 ha retrasado el análisis que estábamos haciendo, puesto que a causa de las restricciones de movilidad ha sufrido demoras hasta que se han ido retomando los tráficos poco a poco», indican desde fuentes ministeriales. Es decir, que los datos recogidos hasta el momento se consideran poco fiables o incompletos.

Respecto a cuándo estarán finalizados los estudios de tráfico, desde el departamento gubernamental prefieren no dar una fecha. En el Ministerio destacan, por otro lado, que en los Presupuestos Generales del Estado para el 2021 han incluido «una dotación presupuestaria de 400.000 euros (100.00 por provincia afectada) para la mejora de la permeabilidad en la autopista, al objeto de seguir avanzando con estos estudios».

Se demora de esta manera una actuación que fue planteada por primera vez en julio del 2018, cuando la carretera todavía era de pago. La Conselleria de Infraestructuras --ahora la de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad-- planteó la necesidad de construir diez nuevos accesos en la Comunitat, tres de ellos en Castellón: en Vinaròs, Benicàssim y Vila-real.

No obstante, la decisión final sobre esta propuesta corresponde al Ministerio de Transportes. Por ello, el departamento autonómico planteó la creación de una comisión bilateral para discutir esta propuesta. Pero antes de esto hay que conocer los resultados que arrojen los estudios de tráfico.

Propuesta de Benicàssim

Benicàssim es una de las tres localidades que se beneficiaría de un nuevo acceso a la AP-7 si fructifica la propuesta del gobierno autonómico. Con esta previsión, desde el Ayuntamiento ya han decidido que la conexión con esta carretera se haría a través de una glorieta emplazada en la N-340 a las afueras del municipio, junto a la parte norte del cementerio, justo en un punto en el que el ferrocarril atraviesa por encima la carretera. Dicha infraestructura no serviría solo para conectar con la AP-7, sino también, mediante otro vial de acceso, para acceder a la Gran Avenida Jaume I.

El concejal de Urbanismo, Carlos Díaz, remarca la necesidad de esta conexión, ya que la actual por el norte es «tercermundista». «Necesitamos accesos desde la autopista, por ejemplo para que el turismo llegue en las mejores condiciones», manifiesta el edil. Díaz ya ha mantenido varias reuniones con la demarcación regional de carreteras en este sentido, afirma.