Padre Ángel: «El contagio de la solidaridad es más rápido que el virus»

Una conversación con el padre Ángel, fundador y presidente de Mensajeros de la Paz, transmite tranquilidad. El mismo sosiego que lleva la oenegé a las personas más vulnerables y, desde ayer, de forma directa a las de Castelló. El sacerdote inauguró la sede de esta entidad «con mucha ilusión por prestar este servicio» en la calle Maestro Albéniz, donde 45 voluntarios prestan atención a los más necesitados. Tras una visita al Banco de Alimentos y a la concejala de Bienestar Social, Dependencia e Infancia de Castelló, Mary Carmen Ribera, a la que los representantes de esta oenegé solicitaron su colaboración, el padre Ángel acudió a las nuevas dependencias donde los mensajeros de la paz atenderán a los sin techo y ofrecerán los servicios de comedor social, take away, autobús de higiene y protección en materia de género, drogodependencias y discapacidad funcional. Sin embargo, esta entidad también acoge a las personas que se sienten solas en la ciudad.

«El contagio de la solidaridad es más rápido que el del virus», destacó el padre Ángel, quien destacó la voluntad, ganas de hacer el bien y tener tiempo como los tres requisitos imprescindibles para ser voluntario. 

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Y precisamente a la pandemia se refirió el sacerdote, quien hizo hincapié en que «nos creíamos que lo teníamos todo y algunos ahora han perdido mucho pero entre todos tenemos que hacer un mundo mejor ».

«Aprovechar la vida»

Finalmente, el presidente de Mensajeros de la Paz, quien estuvo acompañado por el vicepresidente del ente, José Osuna, lanzó un mensaje a los castellonenses: «Hay que quererse más, aprovechar el tiempo de vida para querer y amar a las personas», destacó el precursor de esta obra social que ahora ayudará a las personas que peor lo pasan.