La aprobación del Plan General de Castelló está cada vez más cerca y todo hace preveer que se cumplirá el plazo de final de año para su entrada en vigor tal y como ha previsto el equipo de gobierno que lidera la alcaldesa Amparo Marco.

Tanto el departamento de Carreteras como el de Integración Paisajística de la Conselleria de Política Territorial de la Generalitat valenciana ya han dado el visto bueno al documento del plan estructural (una de las dos partes del Plan General junto a una segunda que es el pormenorizado), según han confirmado fuentes oficiales municipales al periódico Mediterráneo, si bien todavía quedan pendientes otros informes como el del Ministerio de Transportes y Movilidad o el de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), este último, de vital importancia y que ya se encuentra en una fase avanzada.

De esta forma, y en cuanto la Comisión Territorial de Urbanismo del departamento de Arcadi España cuente con todos los documentos sectoriales y estos den el OK al plan estructural informará sobre el mismo. Mientras, el Ayuntamiento de Castelló ya trabaja en el plan pormenorizado analizando las alegaciones para que, en el momento que la Comisión Territorial de Urbanismo autorice el plan estructural, se pueda aprobar todo el Plan General para que se active antes de concluir el año 2021. Ambas administraciones se comprometieron a acortar plazos para que la capital de la Plana disponga del texto que permitirá restituir la legalidad urbanística lo antes posible y hay que recordar que el pleno municipal ya aprobó este plan estructural en el pleno del pasado 28 de junio.

Pese a que la tramitación del documento ha sido larga y compleja desde que la Justicia lo anulara de forma definitiva en el mes de diciembre del 2013, Castelló ya se encuentra en la fase final del proceso para que la capital disponga de seguridad jurídica en cuanto al urbanismo se refiere y sea foco de atracción de inversiones y generador de oportunidades para el crecimiento urbano.

El objetivo del Plan General de Castelló, uno de los principales retos del Acord de Fadrell, es crear una ciudad cohesionada urbanísticamente, que prevea su desarrollo industrial y que proteja el territorio. Además, dotará de estabilidad jurídica a propietarios y empresas y servirá como un revulsivo económico ya que desclasificará 11,5 millones de metros cuadrados de suelo urbanizable.