Para quienes han acudido a la misa por la fiesta de la Virgen de la Asunción --conocida popularmente como la Virgen de agosto-- en la basílica de Lledó, ha sido como una bendición inesperada. Al final de la ceremonia -la última extraordinaria de Josep Miquel Francés como prior--, anunciaban que los fieles, año y medio después, podrían subir al camerino para ver de cerca o rezar ante la patrona de Castelló. Ni que decir tiene que la decisión ha dado una alegría a todos los que estaban en el templo, que se han acercado a la imagen, siempre guardando la distancia de seguridad, excepto los convivientes. Antes, la misa, con la basílica repleta, ha concluido con un estruendoso aplauso tras cantar la popular Salve a la Verge de Lledó.

La apertura de camerino, tras dar la vuelta a la imagen de la Lledonera, es habitual todos los domingos, pero desde el inicio de la pandemia no había sido posible por las medidas anticovid, es decir, desde marzo de 2020.

Josep Miquel Francés dejará de ser prior de Lledó en septiembre, cuando le sustituya Joaquín Guillamón. Un buen número de asistentes a esta la tradicional festividad del 15 de agosto --una de las más importantes para la Iglesia a lo largo del año-- no han querido dejar pasar la ocasión para entrar en la sacristía y dar las gracias a Francés por la labor ejercida durante todos estos años en la basílica de Lledó.