El Ayuntamiento de Castelló avanza en la futura implantación de una zona de bajas emisiones en el centro de la ciudad. La Junta de Gobierno Local de este jueves dio el visto bueno a la licitación del estudio para el diseño del control de accesos y la implantación de una solución para ello por un importe de 2.032.800 euros cofinanciado con fondos europeos Next Generation a través del plan de recuperación, transformación y resiliencia del Gobierno central.

El servicio incluye el análisis sobre el entorno afectado para determinar la actuación más adecuada --peatonalización, restricción de acceso,...--- y la cantidad de mecanismos, como pueden ser las cámaras, a instalar, así como su ubicación y la correspondiente puesta en marcha.

El portavoz del gobierno local, José Luis López, señaló que la creación de una almendra central «es un requisito que no está imponiendo la Comisión Europea, ya que existen muchas ciudades trabajando en estos hitos, porque quienes no impulsen la descarbonización e instauren zonas de bajas emisiones en los próximos cinco años corren el riesgo de perder el acceso a financiación europea». López añadió que desde su ejecutivo pretenden «aprovechar los fondos europeos como palanca de crecimiento y transformación de la ciudad».

El pago de los dos millones de euros mencionados correrá a cargo de los presupuestos municipales de tres años. Para este solo se prevén 72.600 euros, mientras que el grueso, 1,6 millones se abonará el año que viene.

La ZBE prevista en la memoria del proyecto.

La ZBE prevista en la memoria del proyecto.

Remodelación

La licitación del servicio de control llega después de la contratación de los trabajos de adecuación de varias calles incluidas en dicha zona, que cuenta con 745.000 metros cuadrados y limita con las rondas Mijares y Magdalena, las calles Cerdán de Tallada, San Roque, Sanahuja, Gobernador, Lepanto y Orfebre Santa Línea, así como la avenida Casalduch. En varios puntos se adaptarán los viales para favorecer su peatonalización, adoptando una plataforma única --a la misma altura-- para vehículos, ciclistas y los propios viandantes. También se aumentará el espacio verde y el reaprovechamiento del agua, y se mejorará la calidad lumínica. 

Dicha intervención está apunto de ser adjudicada a expensas de la resolución de la mesa de contratación a falta del informe técnico. Existen dos ofertas de las mercantiles Becsa y Pavasal para ejecutar las obras, las cuales cuentan con una inversión que ronda los ocho millones de euros.

 Uno de los objetivos del Ayuntamiento, vinculado a esta actuación, es reducir un 55% las emisiones de CO2 en la ciudad en el 2030. Solo con la zona de bajas emisiones aspira a alcanzar el 40% en la zona centro. El principal generador de la contaminación del aire es el vehículo privado.