El Ayuntamiento de Castelló tendrá que realizar encaje de bolillos para hacer unos presupuestos municipales del 2023 ajustados a las necesidades de la ciudadanía pero, al mismo tiempo, con una inflación desbocada y un contexto económico alterado por la subida de precios de la luz, el gas (pese a la anunciada bajada del IVA), los suministros municipales o el mantenimiento. En el mes de agosto, la inflación en la provincia batió récord y se situó en el 12%, por encima de la media nacional, según el último dato conocido a día de hoy y a la espera de nuevas cifras a mediados de este mes.
Con este panorama, los planes departamentales ya se han redactado con la premisa de no incrementar los gastos ordinarios y los tres socios del Acord de Fadrell trabajarán y negociarán para sacar adelante unas cuentas municipales sin recortes extremos. El marco económico propicia una alteración de los gastos y de los ingresos, las dos partidas que el consistorio deberá tener en cuenta.
De hecho, PSPV, Compromís y Podemos ya han mantenido una primera reunión para comenzar a trazar el primer esbozo de unas negociaciones que se auguran especialmente árduas al tratarse, el 2023, de año electoral.
Situación complicada
El Consejo Social de la Ciudad ya alertó del hecho de que el gobierno local tenga que pugnar contra una situación económica especialmente complicada. En su última reunión aconsejó al equipo de Amparo Marco tener en cuenta el impacto en la factura energética y la inflación derivado de la guerra de Ucrania en la elaboración del documento económico para el próximo año.
El texto recoge también un centenar de actuaciones en 14 materias: servicios sociales; espacios y entornos inclusivos; salud pública; reactivación económica y recuperación del empleo; territorio y movilidad; agricultura y medio ambiente; vivienda; seguridad y emergencias; cultura; educación; infancia y juventud; innovación y digitalización; participación y cooperación; y comercio. Se trata de iniciativas dirigidas a mejorar el bienestar de la ciudadanía y a contribuir en la reactivación y recuperación económica, ya que esta es uno de los principales problemas a los que se enfrenta el equipo de gobierno local.
Sin 'participativos', de momento
En cuanto a los presupuestos participativos, el consistorio no contará en el 2023 con esta partida tal cual, aunque sí que recogerá una cantidad para arrancar su puesta en marcha, prevista para el 2024. El motivo de esta decisión es que el Acord de Fadrell quiere que la ciudadanía que participe en este proceso pueda disponer de más tiempo para realizar las propuestas pensadas con tranquilidad y luego someterlas a un consenso y debate en profundidad.
Así, los castellonenses deberán esperar hasta el 2024 para volver a contar con estos presupuestos participativos a los que el consistorio destinará, entonces, 1,6 millones de euros.
El objetivo fundamental es que las cuentas municipales del próximo año entren en vigor en el mes de enero.
