REPORTAJE

Una Navidad lejos de Ucrania en Castellón

Tres familias de la provincia acogen a menores durante las fiestas. «Es una experiencia excepcional», afirman

Rubén y Carolina junto a Polina (izquierda) y Cristina y Jorge con Artem y sus dos hijos, Pau y Nastia (derecha).

Rubén y Carolina junto a Polina (izquierda) y Cristina y Jorge con Artem y sus dos hijos, Pau y Nastia (derecha). / MEDITERRÁNEO

Artem y Polina, de 12 y 9 años respectivamente, llegaron a València esta misma semana procedentes de Ucrania para vivir la Navidad lejos de la guerra y gracias tanto a la Fundación Juntos Por la Vida como a las familias que los han acogido en Benicàssim. Allí los esperaban, nerviosos y emocionados, Cristina y Jorge y Carolina y Rubén, los dos matrimonios que les han abierto las puertas de sus hogares y el cariño de su corazón. Además, otro menor disfruta de estas fiestas con una familia de Tales.

No es la primera vez que Artem reside en Benicàssim. El pasado verano ya vivió con Cristina y Jorge y sus dos hijos, Pau y Nastia. «El pequeño es un regalo de la vida y estamos encantados con tenerlo de nuevo con nosotros para que disfrute de las fiestas dada la situación de guerra de Ucrania», relata Cristina, quien acogerá al pequeño, procedente de la región Kiev, hasta mediados de enero, fecha en la que tendrá que regresar a su país.

Cristina y Jorge, con Artem, de 12 años, y sus dos hijos.

Cristina y Jorge, con Artem, de 12 años, y sus dos hijos. / MEDITERRÁNEO

Simpáticos y listos

Pese a la barrera que le supone el idioma, Artem está adaptado y entiende el español aunque le cuesta más hablarlo, «por lo que intentamos ir enseñándole para que se vaya acostumbrando». «Es un niño simpático, listo y cariñoso», detalle Cristina, quien explica que por las mañanas, el menor sigue sus clases on line con Ucrania aunque muchas veces hay problemas porque se les va la luz. «Trajo sus libros para ir haciendo sus tareas pero ahora, en vacaciones, es uno más de la familia así que celebraremos todos juntos la Navidad y difrutaremos de estas festividades», finaliza Cristina.

Polina, de Kharkiv, está en el hogar de Carolina y Rubén por primera vez porque no ha estado nunca en España. «Para ella lo más difícil es el idioma pero es muy lista y está muy espabilidad, por lo que está habituándose a la nueva realidad», destaca Carolina. Por el momento, la pequeña descansa de su largo viaje y el primer día ya salieron a dar un paseo para que la pequeña, responsable, ordenada y muy educada fuera conociendo Benicàssim y su entorno.

«Es la primera vez que acogemos a una niña y lo hemos hecho para mostrar nuestra solidaridad con los que más lo necesitan», narra esta castellonense, quien define este acto como «una experiencia excepcional».

«Estamos encantados y felices», coinciden en señalar Cristina y Carolina.