Han pasado más de 20 años cuando una jovencísima Begoña Carrasco entró a formar parte del PP porque era el partido que más se parecía a ella y a sus principios. Hoy, esa niña que nació en Alicante -su padre, Policía Nacional, estaba destinado en esa localidad-- el 2 de agosto de 1979, hace ya casi 44 años, y que llegó a Castelló cuando tenía 3, está a punto de ser investida alcaldesa de Castelló.

Con sus padres, Antonio y Conchi, a los pocos meses de nacer. MEDITERRÁNEO

Licenciada en Derecho y Máster en Dirección de Márketing y Gestión Comercial por el ESIC y con un puesto de trabajo en la Oficina de Denuncia y Asistencia a las Víctimas de Violencia de Género en la Ciudad de la Justicia, tiene tres amores: Alfonso, su marido, al que define como su 50%, del que está profundamente enamorada y a quien conoció en el Mesón del Vino durante unas fiestas de la Magdalena; y sus hijas, Cayetana de 7 años y Carmen de 2 (la pequeña llegó en plena pandemia), a las que adora y por las que siente locura. Vive en el Grau junto a la playa y siempre sale de casa con las camas hechas, le gusta el orden y la limpieza y su plato preferido son los huevos fritos con patatas. Begoña Carrasco tiene dos momentos del día sagrados: el desayuno, que disfruta con sus pequeñas y su pareja, y después de cenar, cuando el día se torna en tranquilidad y puede departir con su marido antes de que el sueño le venza, en muchas ocasiones, en el sofá.

Fotografía del día de la boda de Begoña Carrasco y su marido, Alfonso Trelles. MEDITERRÁNEO

Trabajo

Su familia y sus padres, Antonio y Conchi, lo son todo para ella. De hecho, su peor momento en la vida fue cuando a su madre le detectaron un cáncer. Recuerda con mucho cariño sus veranos en los apartamentos Costa Rica de Benicàssim y cuándo trabajaba en la discoteca Botánico, en invierno, y en el chiringuito Buda, durante la temporada estival, con el fin de sacarse un dinerillo y contribuir en sus estudios porque, sus padres siempre le inculcaron el valor del trabajo y de lo que costaba ganarse las cosas. El esfuerzo siempre está presente en su vida porque las cosas hay que ganárselas, día a día, con honestidad.

Carrasco, con algunos de sus mejores amigos de los apartamentos Costa Rica. MEDITERRÁNEO

Es fan de Alejandro Sanz, Serrat y Sabina, su poeta preferido, y cuando era más joven era cosocia de una agencia de azafatas además de trabajar en el palco del CD Castellón, una de sus aficiones. Vive todas las fiestas de la ciudad con intensidad pero en especial las de la Magdalena y las que se celebran en honor a la Virgen del Lledó y Sant Pere.

Es espontánea, intensa como la define su marido Alfonso, luchadora, trabajadora, que se desvive por sus amigos, honesta, positiva, seria, responsable y también cabezota, una magnífica madre que siente no darle todo el tiempo del mundo a sus hijas debido a su responsabilidad.

Begoña Carrasco con Alfonso, sus dos hijas, Cayetana (la mayor) y Carmen (la pequeña), que lleva ese nombre en honor a la abuela de su marido. MEDITERRÁNEO

Quiere a Castelló y ha llegado hasta el último rincón de la ciudad para conocer a sus convecinos, primero como concejala de Deportes y luego como portavoz en la oposición.

Ahora, la seguirá recorriendo como alcaldesa pero de la mano, como siempre, de su marido --que, por cierto se casó con él en la basílica del Lledó pero también en Las Vegas vestidos de Elvis y Marilyn Monroe--, sus hijas y su familia, sus verdaderos puntales. Esos que la animan cuando flojea y que le sacan una sonrisa en los momentos más complicados.

Begoña Carrasco afronta, a partir del día 17, cuatro años llenos de retos en los que no faltarán las alegrías las satisfacciones pero también las dificultades. Cuatro años como alcaldesa.

Para ella es un orgullo representar y velar por Castelló y por los castellonenses y, como siempre ha dicho, se dejará la piel en su trabajo. Y lo hará con la fuerza del corazón, como diría Alejandro Sanz, y tras una campaña de 19 días y 500 noches, parafraseando a su adorado Sabina.