Hasta mediados de septiembre

La obra en la iglesia de San Francisco de Castelló ‘saca’ la misa a la capilla y a una residencia

Los trabajos para arreglar las goteras y las filtraciones del edificio de la céntrica iglesia cuentan con un presupuesto de 250.000 euros

Imagen del interior del templo castellonense.

Imagen del interior del templo castellonense. / GABRIEL UTIEL

Castellón

Las obras de reparación de las goteras y las filtraciones que afectan al techado de la iglesia San Francisco de Castelló han obligado a trasladar el culto a una capilla ubicada junto a los despachos del templo y a la residencia de mayores de la calle Herrero. Según explicaron fuentes del obispado de la diócesis Segorbe-Castellón al periódico Mediterráneo, las misas entre semana serán en esa capilla, mientras que las de los fines de semana, se oficiarán en la residencia para personas mayores.

Volver a la normalidad

La ejecución de los trabajos ha motivado la retirada de todos los bancos del interior de la iglesia para facilitar las tareas a la empresa constructora que ha realizado los trabajos y que ya han finalizado pese a que los responsables del templo tienen ahora que limpiar, colocar el mobiliario y volver a colocarlo todo como estaba para que se pueda retomar la celebración eucarística. Por el momento, según afirmó Antonio Caja, recientemente nombrado vicario de Benicàssim pero párroco de la iglesia de San Francisco hasta hace solamente unos días, está previsto que el culto vuelva a la parroquia a mediados del mes de septiembre, «cuando esté todo en su sitio».

Interior de la iglesia de San Francisco de Castelló, ayer por la tarde.

Interior de la iglesia de San Francisco de Castelló, ayer por la tarde. / GABRIEL UTIEL

El paso del tiempo en este recinto religioso que se edificó hace unos 60 años ha motivado el mal estado en el que se encontraba la cubierta de placas de hierro galvanizado y la obligación de adecuar el techado. De esta forma, los trabajos de remodelación han consistido principalmente en colocar un nuevo techo sobre el actual tienen un coste de 250.000 euros. De esta cantidad, el obispado aportará 80.000 euros y, si bien la parroquia cuenta con 20.000 euros, esta tendrá que hacer frente a los otros 150.000 que faltan para completar el pago de la reforma necesaria. Este dinero deberá llegar por aportaciones, donativos o colectas entre los fieles. 

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