Emoción, fervor y fe en la solemne procesión del Santo Entierro en Castelló

Los castellonenses vivieron ayer con emoción, fervor y fe la solemne procesión del Santo Entierro, el acto por excelencia de la Semana Santa de la capital de la Plana que dataría de finales del siglo XVI (no existe documentación al respecto) y en el que participaron, junto a decenas de fieles, los cofrades e invitados de las cuatro cofradías de Semana Santa de la capital: Cristo de Medinaceli, Santa María Magdalena, Paz y Caridad y la Muy Ilustre Cofradía de la Sangre (por orden de antiguüedad).

Plaza Mayor llena

A las 20.00 horas y después de que cada asociación religiosa llegara a la plaza Mayor procedente de su sede canónica, encabezaron el desfile los devotos del Cristo de la Buena Muerte y lo cerró la imagen del Santo Sepulcro con el clero y la corporación municipal encabezada por la alcaldesa d e la ciudad, Begoña Carrasco. Durante todo el recorrido, tanto los vecinos como los participantes en el mismo mostraron su respeto con el recogimiento de la religiosidad cristiana que tuvo su momento álgido con el paso del Cristo del Santo Sepulcro (Cristo Yacente). 

Costaleros

Arroparon, asimismo, a la decena de imágenes que los costaleros portaron y que, junto a las del Cristo Crucificado, destacaron la del Cristo de Medinaceli (procesionó por primera vez en 1989) que este año estrenó peana de color caoba con apliques resaltados en plata y cuatro faroles; la de Santa María Magdalena, una talla de pino ruso, de 1998 y con 50 barreros; la Piedad, imagen titular de Paz y Caridad, y que data de 1987 realizada por Pedro Gil; y las cuatro tallas de La Sangre que son la Soledad (rama de los labradores), Nuestro Señor en el Huerto (rama de los industriales), la Dolorosa y el Cristo del Santo Sepulcro. Todas estas esculturas forman parte del valioso patrimonio artístico castellonense.

Además, las tres saetas interpretadas por Efrén Hernández al Cristo de Medinaceli en la procesión y por Adrián Ruedas a las puertas de la Sangre, las piezas musicales de las corales Vicent Ripollés y Ad Libitum así como las cinco marchas fúnebres de la Banda Municipal y Saeta, de Serrat, bajo los acordes de la dolçaina y tabal de la colla Xaloc, pusieron la nota musical a la solemne procesión que recorrió el centro de la ciudad durante cerca de dos horas aproximadamente.

Vía crucis y peticiones devotas

A primera hora de la mañana tuvo lugar el Vía Crucis desde la capilla de la Sangre hasta la basílica del Lledó y, a media tarde, se celebró la bajada del Cristo. Un momento muy sentido al que asistieron decenas de vecinos que, durante una hora, fueron pasando por debajo del lecho mortuorio de la talla del Santo Sepulcro dispuesto junto al altar del templo y al que dirigieron sus peticiones más íntimas. Allí se vivieron escenas emotivas.

Hay que recordar que la Semana Santa de Castelló fue declarada como Fiesta de Interés Turístico Provincial.