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Alcampo cumple 40 años en Castellón: "Y los que nos quedan; más que una empresa esto es una familia"

Miles de castellonenses han comprado durante estas cuatro últimas décadas en un hipermercado pionero en la provincia. Ha dado trabajo a 500 empleados, de los cuales 180 se mantienen en la actualidad, y está sentando las bases "para un buen futuro; estamos en proceso de continua renovación"

El 27 de mayo de 1985 fue el día en el que Alcampo levantó la persiana en Castellón. Han pasado por tanto 40 años desde que el primer hipermercado de la ciudad y la provincia está en funcionamiento. Por la tienda han comprado miles de castellonenses, así como unos 500 empleados, 34 de los cuales se mantienen cuatro décadas después. “Somos una familia. A los trabajadores se nos cuida y apoya, y como es algo a valorar, nosotros también lo hacemos cuando nos lo pide la empresa”, asume Carmen Querol, que entró con 17 años como cajera y ejerce hoy de administrativa. “Una de las claves es la promoción interna”, destaca Antonio Martínez, responsable de Recursos Humanos. “Entré en 1987 porque cuando abrimos era profesor, pero vine el día de la inauguración con la idea de entrar a trabajar aquí porque me impresionó; no había visto nada igual. El primer día ya pasaron 50.000 clientes y eso que con el atasco que se formó casi no se podía entrar”, recuerda Antonio.

El actual director del centro, Vicente Fabadú, subraya en la misma línea que “a pesar de que hay empleados con más de 60 años la tasa de absentismos es la más baja de la zona y de las más bajas de España gracias la implicación y lealtad de la plantilla”. Fabadú, con 40 años trabajando para Alcampo, lleva dos años en Castellón y confirma que se están poniendo los cimientos para un sólido futuro: “Estamos en un proceso de continua renovación. Se ha transformado la forma de hacer comercio y dentro de este nuevo concepto tenemos que acomodarnos para combinar de forma óptima la compra digital con la presencial. El hábito de consumo también ha cambiado. Al contar con más horario, los sábados ya no se producen las aglomeraciones de antaño; el flujo es más continuo, pero estando en un centro como Salera tenemos un buen futuro”. 

De izquierda a derecha, Antonio Martínez (encargado de Recursos Humanos),  Mila Sangüesa (administrativa), Carmen Querol (administrativa) y Vicente Fabadú (director), en la tienda.

De izquierda a derecha, Antonio Martínez (encargado de Recursos Humanos), Mila Sangüesa (administrativa), Carmen Querol (administrativa) y Vicente Fabadú (director), en la tienda. / MEDITER

La ubicación actual, recordarán buena parte de los castellonenses, no es la original. “Al principio estaba donde ahora se encuentra el parking del centro comercial. Cuando abrió fue el séptimo hipermercado de España, después del de Alboraya, pero cuando se montó Salera en el año 2005 ya cambiamos donde estamos ahora”, aclara Antonio Martínez, que rememora la ‘mudanza’ de esta forma: “No estuvimos cerrados ni un día. Una noche desenchufamos los ordenadores en un sitio y los conectamos ya donde estamos ahora. Fue un hito excepcional que dudo que se haya repetido en otro sitio”.

Múltiples anécdotas

Mila Sangüesa, que entró con 20 años en 1985 como cajera y se mantiene hoy como administrativa, tiene un sinfín de historias como es lógico durante tanto tiempo. “Abrimos con la campaña ‘Fulminamos los precios’ y vendíamos una vajilla de 500 pesetas que algunos aún mantenemos hoy. Vinieron tantos clientes que se lo repartíamos en el almacén porque no dábamos abasto”. Su compañera Carmen no olvida “los carros llenos hasta los topes de un solo producto que se llevaban muchos comercios de la provincia que después vendían ellos más caro porque le salía más económico comprarlo aquí que en la distribuidora”. No faltaba tampoco la figura del ‘speaker’ comercial: “Por el altavoz iban diciendo todas las ofertas a la gente”. 

Otra de las peculiaridades que destaca Antonio Martínez sobre este establecimiento es “la apuesta por los productores de proximidad. Fuimos, por ejemplo, los primeros en vender Papas García en un supermercado en Castellón, y ahora trabajamos con 36 proveedores de la provincia a los que hacemos compras por valor de 13 millones de euros al año”. 

Alcampo abrió en su día en Castellón con una inversión de 1.200 millones de pesetas, 7.670 metros cuadrados, 38 cajas de salida, 1.200 plazas de aparcamiento y 260 empleados. “Entonces no había nada parecido”, confirma Carmen Querol. “En Castellón teníamos Simago o Lemon, pero de alimentación, tan grande no había nada”. Actualmente son 180 los trabajadores de esta tienda, a los que hay que sumar un sinfín de empleados que se forman en estas instalaciones: “Tenemos muchos convenios de colaboración y pasar por aquí es una garantía a la hora de insertarse al mercado laboral porque faltan carniceros, pescaderos o panaderos profesionales. Somos una buena escuela”. Por muchos años más. 

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