Una ley no escrita dice que en caso de naufragio el último en abandonar el barco debe de ser siempre el capitán, ya que de acuerdo con una convención marítima internacional sobre la seguridad de la vida en el mar, el capitán es el responsable del barco y de toda la gente que va a bordo. Una situación que se podría extrapolar a la actual vivencia del Castellón, inmerso en plena reconstrucción tras su descenso desde el fútbol profesional.

No en vano, el varapalo que supuso la pérdida de categoría conllevó la salida de casi toda la plantilla de la temporada pasada, a excepción de Álvaro Campos, Carles salvador, César Díaz, Juanto Ortuño, Rubén Díez y el lesionado Jorge Fernández. El resto, o bien se acogieron a la cláusula liberatoria por el descenso o bien no tenían contrato desde el 1 de julio, incluido el capitán David Cubillas, que había sido el líder del vestuario durante cuatro temporadas, en las que consiguió dos ascensos de categoría: fichó en el verano del 2017 con el equipo en Tercera División y logró el salto al fútbol profesional en el 2019 con la histórica final ante el Cornellà en Málaga.

Pero ayer su relación contractual con el Castellón quedó nuevamente firmada, hasta el 30 de junio del 2023, y seguirá siendo el líder del equipo orellut tanto dentro como fuera del terreno de juego. 

Cabe destacar que el delantero castellonense la pasada campaña disputó 25 encuentros en LaLiga SmartBank y contribuyó con 3 goles. De hecho, el primer tanto albinegro en el retorno al fútbol profesional ante la Ponferradina tuvo la firma de Cubillas, en un remate de cabeza en el último córner del partido que acabó entrando tras desviarla con la espalda Adrián Lapeña. De hecho, hubo una pequeña polémica divertida por ver quién había sido el goleador, pero el árbitro dio ene l acta el tanto al ariete castellonense. 

Papel secundario

Tras este exitoso debut en la jornada 1, donde había entrado pocos minutos antes del descuento, Cubillas continuó teniendo un papel secundario en los esquemas de Óscar Cano, que lo veía más como una solución de emergencia que como una apuesta inicial. Y es que tras su gol en El Toralín, no volvió a tener minutos (los últimos seis) hasta la jornada 9, cuando el Castellón cayó derrotado en Castalia ante el Almería (1-2).

Esta tónica de suplencias, se mantuvo hasta la jornada 15, cuando disfrutó de su primera presencia en el once inicial frente al Mirandés en Anduva, donde marcó el tanto del empate a uno. Después encadenaría varios partidos con minutos pero volvió a pasar a un segundo plano hasta que se marchó Óscar Cano y llegó Juan Carlos Garrido en el banquillo. En el debut del técnico valenciano, ante el Sporting (2-0), marcó el primer gol y se ganó un puesto en el once que no volvería a perder hasta el final de temporada.