Es mucho más que el delantero que lleva el número 9 en la camiseta del Castellón. Es un símbolo de los últimos años del club. La imagen que ejemplifica lo que ha crecido una entidad que hace tres años estaba celebrando el ascenso a Segunda B con el que se ponía fin a las peores páginas de la historia del club en el pozo de Tercera. 

Cubillas es un trozo del escudo y el representante sobre el verde de una afición que quiere volver a cantar goles en Castalia; que desea volver a abrazarse con su compañero de asiento y, sobre todo, que sueña con volver a ilusionarse con un nuevo ascenso a Segunda División si la pandemia del coronavirus lo permite esta próxima temporada. Un año que además será el del centenario del Castellón y en el que el brazalete de capitán seguirá siendo para Cubillas, recientemente renovado hasta la temporada 2023.

- Dos años más como capitán del Castellón… ¿Qué se siente al ser el líder de un club que la próxima temporada vivirá su centenario?

Estoy muy ilusionado, era un objetivo que me puse cuando llegué al club. Sé todo lo que se vive aquí y llegar al centenario como capitán es un orgullo inmenso. Intentaré devolver todo el cariño con mi compromiso. Sigo sintiendo que le debo mucho a la gente de aquí, porque me han dado demasiado y mi única forma de agradecer todo este apoyo es involucrarme todo lo posible, dejarme la vida y la piel por este escudo. Una vez pasado el luto, tanto el club y los jugadores solo pensamos en hacer un año bonito y volver a ilusionar a los aficionados. 

-Acababa contrato y podía ser libre para negociar con cualquier club… ¿Pensó en algún momento que podía ser el final de su etapa como albinegro?

Cuando acabas contrato siempre tienes la duda de que puede ser tu último partido. Es verdad que tuve varias ofertas, pero tenia claro que lo primero que quería era escuchar al Castellón. No estoy aquí por dinero, tenía mejores opciones económicas pero sabía que tenía que estar aquí. Me llegaron ofertas de la misma categoría pero mayores económicamente y también del extranjero, pero me parecía egoísta el hecho de haber disfrutado de la Segunda división y Castalia no. Quería seguir el legado que llevamos durante bastante tiempo y estoy ilusionado por este nuevo año. 

-Se va a cumplir un año del ascenso a Segunda en La Rosaleda… Cuántas cosas han pasado en un año, ¿no?

Han pasado muchísimas cosas en un año. Desde que ascendimos ante el Cornellà ya era una situación rara. La pandemia del coronavirus hizo que no pudiéramos celebrarlo con nuestra gente y luego en Segunda no supimos adaptarnos a la categoría. Somos un club de altibajos, pero tengo clavada no haber disfrutado de la Segunda División como queríamos. El club quiere volver al fútbol profesional en el año del centenario y vamos a dejarnos la vida todos los que formaremos parte de este proyecto. No será fácil, pero por ganas e ilusión no va a ser. 

-La pasada temporada fue muy difícil para el club, la afición y la plantilla… ¿Cómo se vivió desde dentro que las cosas no salieran como se esperaba?

Fue muy difícil verte todo el año en posiciones de abajo. Entrenábamos bien, pero llegaban los partidos y no salían las cosas como esperábamos y como habíamos preparado durante la semana. Todos las jornadas eran finales y el equipo quería pero no podía. Por convicción y por calidad de los jugadores a lo mejor podíamos haber hecho algo más, pero eso nos debe servir para aprender y no volver a cometer los mismos errores. 

-Poco a poco está volviendo la normalidad al fútbol, ¿qué le diría a la afición que tantas ganas tiene de volver a llenar Castalia?

Estoy convencido que con Castalia lleno hubiéramos tenido esos seis o siete puntos que nos hubieran dado la salvación. Ojalá pueda llenarse Castalia si la pandemia lo permite, porque para nosotros es importante y ellos necesitan volver a su casa y sentirse importantes. Han sufrido mucho durante los últimos siete años y se merecen que les brindemos todo lo que no pudimos darle el año pasado. 

-Después de un descenso, la afición solo piensa en pelear por volver al fútbol profesional… ¿Será posible este año?

Va a ser muy complicado, la Primera RFEF no será como la Segunda B que abandonamos. Habrá equipos muy potentes, recién descendidos y filiales de Primera División... El objetivo va a ser ir partido a partido y poder afrontar todos los encuentros, los objetivos te lo marca la temporada . Cuando me reuní con Dealbert y Bruixola en el 2017 no me hubiera creído todo lo que hemos vivido en estos cuatro años y me sirve para ver que el fútbol no es una ciencia exacta. Cuando el objetivo era el ascenso sufrimos para mantener la categoría y hace dos años que no era el objetivo lo conseguimos.

-En lo personal, está llamado a ser uno de los jugadores importantes en la temporada… ¿Se imagina marcando un gol tras un centro de Pablo Hernández?

Este año pasado la continuidad no fue la que hubiera deseado. Jugaré más o menos, pero lo importante es que el escudo que llevamos en la camiseta gane partidos. Ojalá venga Pablo, nos daría un salto brutal en la plantilla y sería el líder de este proyecto, nos haría mejor a todos los delanteros.