Amor ciego a unos colores. El CD Castellón está volviendo a romper las leyes de cualquier coherencia en su campaña de abonos. En menos de un mes y a la espera de, como mínimo, ocho fichajes más, el club albinegro ya ha alcanzado los 12.000 abonados y está camino de batir su propio récord de socios (14.000), logrado la pasada temporada con el ascenso a Segunda. 

No en vano, ni el descenso de categoría ni la incertidumbre sobre los jugadores que llegarán de aquí al final del mercado estival, ha reducido ni un ápice la ilusión de los aficionados orelluts por ver a su equipo en Castalia. Desde el primer día de campaña, el aluvión de renovaciones ha sido una constante en las oficinas de la calle Huesca y hay lista de espera para nuevas altas, que confían en que algún abonado del curso pasado no renueve su carnet para poder estar a partir de septiembre viendo al Castellón en la grada. 

Cabe recordar que la pasada campaña --la del regreso al fútbol profesional--, los seguidores albinegros no pudieron disfrutar de la LigaSmartBank durante todo el año. Solo en los dos últimos encuentros de liga, y con el equipo ya prácticamente descendido, pudieron ir algo menos de 3.000 aficionados, por sorteo, a Castalia ante la Ponferradina y el Rayo Vallecano. El resto tuvo que esperar hasta este curso, con el Castellón nuevamente en la tercera categoría del fútbol español (ahora Primera RFEF), para ver en casa al conjunto de Sergi Escobar. 

Será a partir del fin de semana del 28 y 29 de agosto cuando todos los albinegros puedan volver a Castalia, siempre y cuando la situación sanitaria lo permita. En principio, se podrá completar el aforo de los estadios y no debería haber problema para que el coliseo albinegro se vuelva a convertir en el jugador número 12.

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DE RÉCORD EN RÉCORD

En tal caso, todo apunta a que 14.000 almas o incluso alguna más acudan cada domingo a las gradas de Castalia. Un registro que sigue siendo el récord de abonados en el club desde la temporada pasada, cuando la ilusión tras el ascenso hizo que se llegara a la cifra de 14.000, y porque no se podía más, ya que los límites de la Liga de Fútbol Profesional establecían que no se podía vender más abonados.