Ayer era día de partido en Castalia. Castellón-Costa Brava. Una cita señalada para varias decenas de seguidores ingleses, más concretamente del Leeds. La Penya El Mago, como a principios de temporada, volvía a desplazarse para seguir a su ídolo Pablo Hernández, pero se toparon con la suspensión del encuentro por covid-19. Aun así, con la mayoría de estos hinchas, ya en el aeropuerto, decidieron viajar. La Fedpecas no les dejó tirados y, a falta de fútbol, les ofreció una bonita jornada, que incluyó una visita a Castalia... que abrió única y exclusivamente para ellos. No era para menos.
Alberto Aicart, presidente de la Fedpecas, ejerció de cicerón en su estancia en la capital de la Plana. Primero tocaba visitar la tienda oficial del Castellón, Macron (calle Enmedio), de donde salieron bien pertrechados de productos albinegros y, cómo no, de la camiseta del nuevo equipo de su ídolo.
Después de un paseo por el centro, donde no dejaron de gritar el nombre de Pablo Hernández, tocaba una visita guiada por el templo del Castellón, que les recibió con un silencio inusual debido al aplazamiento del encuentro contra el Costa Brava debido al coronavirus. Una paella selló el hermanamiento de estas dos aficiones, en un hecho singular en el mundo del fútbol actual.
