El grupo de Gustavo Ranucci y Vicente Montesinos se dan más tiempo. Inicialmente, la propuesta del empresario argentino tenía vigencia hasta el fin de semana, al entender, el promotor sudamericano, la premura del tiempo para poner en práctica su proyecto con unos mínimos estándares de tener éxito. Sin embargo, el presidente del Castellón y el empresario argentino y volverán a hablar «tras el fin de semana», según confirmó este último a Mediterráneo. Esta es una de las vías con las que Montesinos negocia para dotar a la entidad del músculo económico necesario para satisfacer las deudas a corto plazo y armar un equipo de garantías que permita optar al ascenso al fútbol profesional.
Ranucci aguarda desde Italia el sí de Montesinos para, inmediatamente, desarrollar esa propuesta «deportiva y económica» que ha pulido en los últimos días, ya que ambos han permanecido en contacto. De forma paralela, Ranucci insiste en que cuenta con gente «trabajando en España, en Madrid y en Toledo», para un aterrizaje inmediato en Castalia, además de un asesor que analiza el mercado español de la categoría.
«Nosotros dimos un plazo de vigencia de nuestra propuesta, pero solo por el tiempo que nos queda para poder trabajar bien», explicaba, de entrada, el empresario, con vínculos con el mundo del fútbol de su etapa como inversor en el San Lorenzo de Almagro y en la representación de futbolistas. «Hemos estado en contacto los últimos días y le hemos trasladado una responsable propuesta, deportiva y económica, al señor Montesinos», reforzó. «Hemos quedado en que hablaremos después del fin de semana», subrayó. «Si hay un principio de acuerdo, comenzaremos a trabajar de inmediato», apostilló Ranucci.
Líneas maestras
Está informado, además, de cómo sería su desembarco. «Podremos tener éxito o no, porque todo el trabajo de la semana depende de si el domingo ganas o no, pero hacemos las cosas serias y con profesionalidad», expuso a modo de respuesta para los que ven un trasfondo oscuro. «Creemos que nuestra propuesta es responsable y tiene dos grandes objetivos: solventar las finanzas del club y ascender», dijo.
La idea de Ranucci, según se deduce de sus declaraciones, es la de evitar que el Castellón, en el caso de que volviera a Segunda A, cayera de nuevo a las primera de cambio, como le ha sucedido ahora. «Buscamos subir lo más rápidamente posible a Segunda División, pero necesitaríamos asentarnos y consolidarnos ahí dos o tres años antes de poder pensar en objetivos mayores». «Queremos tener éxito primero y luego ganar dinero, aunque las dos cosas suelen ir acompañadas», condensó.
«Entendemos que la afición pueda tener sus precauciones con la llegada de gente nueva, pero no somos unos fantasmas», sostuvo. «Repito: nuestra propuesta es tan razonable, es tan responsable, que puede que no sea la elegida», reiteró Ranucci, quien recuerda de paso su procedencia: ser originario de un país donde el fútbol es tan visceral -puede que incluso más que en España-. «El éxito en el fútbol es una mezcla de la pasión y el dinero», acuñó el argentino.
Pocas pistas en lo deportivo
Ranucci no elude el desconocimiento de la categoría, aunque también matiza: «Controlamos más el mercado latinoamericano, pero tenemos un asesor que estudia la Primera RFEF y qué jugadores podrían sernos interesantes».
Como publicó Mediterráneo esta misma semana, hay 19 futbolistas con contrato en vigor (contando a Jeremy André de León, Pol Pla o Jose Albert, representantes de la cantera renovados en los compases finales de esta misma campaña), lo que condiciona la composición de la plantilla. «Sabemos que hay 14 jugadores con contrato y que ocho podrían renovar», se limitó a decir. Eso sí, Ranucci insistió: «Intentaremos hacer un equipo para subir lo más rápidamente posible».
